antojo | Operación Transformer https://www.operaciontransformer.com El sistema para controlar tu cuerpo y cambiar tu vida Sat, 27 Jul 2019 12:46:50 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.5 https://www.operaciontransformer.com/wp-content/uploads/2019/04/cropped-icono_operaciontransformer-32x32.jpg antojo | Operación Transformer https://www.operaciontransformer.com 32 32 El fallo que todo el mundo comete con la dieta y el ejercicio https://www.operaciontransformer.com/2015/01/27/el-fallo-que-todo-el-mundo-comete-con-la-dieta-el-ejercicio/ https://www.operaciontransformer.com/2015/01/27/el-fallo-que-todo-el-mundo-comete-con-la-dieta-el-ejercicio/#comments Tue, 27 Jan 2015 11:59:45 +0000 http://transformer.blogs.quo.es/?p=3751 fracasar un poquito
Deja de contarte mandangas a ti mismo. Deja de mentirte a ti misma. Fallar es parte del proceso, lo que haces después es lo que marca la diferencia.
Si perder grasa y ganar músculo fuera fácil, este blog no tendría sentido. El modelo de la dieta Transformer no es estricto. Los ejercicios están graduados. Incluso te aconsejo que te concedas un atracón semanal.
Aún así, sé que vas a fallar.
Ya sabes cómo funciona. El sábado se te va la mano con las copas y los doritos. El domingo, de resaca, te haces una promesa: el lunes empiezo a hacer las cosas bien. Porque el domingo también te inflas a comer pasteles en casa de tus padres, claro. El lunes será.
El lunes vas al gimnasio. Está lleno. Los gimnasios están llenos los lunes porque todo el mundo se hace la misma promesa. El martes ya no vas. Lío en el trabajo, y aún tienes agujetas del lunes. Llega la hora de comer y te pides la tarta de chocolate de postre. Te la has ganado ¿no?
No. Has fallado. Estás comiendo azúcar que irá a tu barriga, y lo sabes.
Aquí es donde tu cerebro te la juega. Piensas, ¡soy un desastre! ¡la semana está perdida!
Solo es martes, y te acabas de dar permiso para ponerte como una morsa durante el resto de la semana. Estás tirando la toalla y utilizando tu propio fracaso, aunque sea mínimo, para justificarlo. Ya qué más da, todo está perdido desde esa fatídica tarta de chocolate. Casi mejor me pido otra.
El domingo vuelven los remordimientos. El lunes vuelves al gimnasio. La historia se repite.

Fracasar solo un poquito

El principal problema es que cuando fallamos, nos juzgamos a nosotros mismos con demasiada dureza. Ese estado es insoportable, así que nuestro cerebro busca una forma de evitarlo. ¡Eureka! Fallaremos todo el tiempo, así no nos sentiremos tan mal.
Tienes que salir como sea de ese círculo vicioso. Tienes que aprender a fracasar en pequeñas dosis sin pasarte al lado oscuro.
Para cambiar tu cuerpo tienes que seguir el plan como mínimo un 80% del tiempo. Si lo sigues un 90% del tiempo los resultados serán aún mejores. Pero no bajes del 80%.
Lo mas importante es que te des cuenta de lo que estás haciendo. Si no, al final de la semana habrás olvidado cuántos pasteles has comido, y seguramente serán muchos más de los que crees.
cerdito
Haz visibles y tangibles tus pequeños fracasos para que no se conviertan en grandes. Esto es lo que necesitarás:

  • Cinco monedas, mejor si son de otros países, o fichas de colores de un juego. Que no sean dinero de curso legal
  • Una caja, bote, hucha o urna. Mejor si es un cerdito.

El lunes, ponte esas cinco fichas en el bolsillo. No vas a ahorrar, vas a gastar. Ese es tu presupuesto para fallar esta semana.
Cada vez que dejes de ir al gimnasio, o te comas una porquería, pon una de las fichas dentro del bote. Si por ejemplo el miércoles ya no te quedan, sabrás que no tienes presupuesto para fallar más veces. El lunes siguiente, saca las monedas y la cuenta vuelve a cinco.
Parece tonto. No lo es. El tonto es tu cerebro, y puedes vencerlo con trucos tan sencillos como estos. Pero no te confíes, aleja el peligro:

Foto: young woman in front of refrigerator, piggy bank, de Shutterstock, no reutilizar

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No sin mi chocolate https://www.operaciontransformer.com/2011/04/19/no-sin-mi-chocolate/ https://www.operaciontransformer.com/2011/04/19/no-sin-mi-chocolate/#comments Tue, 19 Apr 2011 11:44:52 +0000 http://transformer.blogs.hearst.es/?p=196 chocolate

Quieres perder peso, pero juras que el chocolate te lo arrancarán de tus frías manos cuando hayas muerto. Que no cunda el pánico, con un poco de autocontrol, también se puede disfrutar del chocolate.

El cacao de los aztecas era una bebida  amarga y picante, mezclada con especias y utilizada de modo ritual. Dice la leyenda que avispados religiosos españoles lo mezclaron con azúcar y canela para convertirlo en una golosina. Glorificado, banalizado y travestido, sigue siendo hasta hoy ese oscuro objeto de deseo.
¿Engorda el chocolate? La respuesta sencilla es sí, y mucho. El chocolate es una de las formas más deliciosas de comer grasa. Una tableta de 100g contiene hasta 35g de grasa, por no hablar de los más de 45g de azúcar. Es decir, el equivalente a siete cucharadas de aceite y seis sobres de azúcar, por un valor total de más de 500 calorías. Si te zampas eso habitualmente antes de dormir, te espera la lorza.
Sin embargo, el chocolate también tiene su parte beneficiosa. Sus grasas son saludables en tres cuartas partes. Contiene flavonoides, fibra, ocho veces más antioxidantes que las fresas, y en pequeñas cantidades ayuda a bajar el colesterol y la presión arterial.
Sí, he dicho en pequeñas cantidades. En exceso, los beneficios no te servirán de nada.
Se habla mucho de la adicción al chocolate, como si fuera una droga, pero no es más que un mito. La adicción real es al azúcar, que provoca la secrección de serotonina, ese neurotransmisor que nos hace felices. El efecto es mucho más pronunciado cuando los niveles de serotonina están bajos, como en las personas deprimidas o en las mujeres con cambios hormonales relacionados con la menstruación. La grasa en grandes cantidades también libera opioides en el cerebro. Azúcar y grasa, una combinación devastadora que en el caso del chocolate, está muy buena.
La adicción al chocolate es psicológica. Hay que combatirla en la mente, y con la cabeza.

  • Olvídate de las excusas: el chocolate no es una droga, si crees que dependes del chocolate puede ser porque sufres una ligera depresión, tienes baja autoestima, un desajuste hormonal, o todo ello junto.
  • No lo compres: la mejor forma de caer en la tentación es tener chocolate en casa. Sácalo de tu lista de la compra. Asegúrate de tener comida sana disponible (una pieza de fruta) para los momentos de debilidad.
  • No te prives del todo:  pero siempre con control. Si te lo prohibes radicalmente lo pasarás mal, así que es mejor que planifiques pequeños deslices y tengas claro cuándo y cómo lo vas a comer.
  • Conviértelo en un ritual: imita a los aztecas, pero sin sacrificios humanos. Por ejemplo, un día a la semana, compra una tableta pequeña de un chocolate muy caro. Disfrútalo, pero no compres más del que vayas a comer. El resto de la semana, consuélate pensando en el próximo homenaje.
  • Pásate al negro sin azúcar: el chocolate con leche suele contener más azúcar (mal), y los chocolates rellenos, más grasa y más azúcar (peor). La opción menos peligrosa es el chocolate oscuro con edulcorantes.

Un pequeño secreto: el cacao amargo en polvo desgrasado.

cacao en polvo

Esta maravilla en bote es el alma del chocolate, sin los añadidos incómodos de la grasa y el azúcar. Prueba este chocolate caliente :

  • Un vaso de leche desnatada caliente
  • Dos cucharadas de cacao en polvo desgrasado
  • Edulcorante al gusto

En ese vaso tendrás solo dos gramos de grasa, y apenas 14 gramos de hidratos de carbono y 10 gramos de proteína. Todo un regalo de 120 calorías en total, y bastante equilibrado.
Foto: net_efekt

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