Siete trucos para hablar en público

Darío hablando en público

No se enseña en la escuela lo suficiente, y es casi imposible hacerlo bien si no se practica. Hablar en público puede ser tan terrorífico para unos como bailar en público para otros. Pero todo se puede aprender.

En la estupenda película El discurso del rey se ve muy claro. El miedo a hablar en público es una tortura. La otra tortura a la que muchas veces nos vemos sometidos en el trabajo o la universidad, es la de quienes no saben hacerlo bien. Ese orador que escribe todo lo que va a decir en cincuenta diapositivas con una letra minúscula, y se dedica a leerlas con voz cansina durante una hora. No te atasques ni seas cómplice del Powerpoint de la muerte. Estos son algunos trucos para destacar y convertirte en el amo del escenario:
1. Controla los nervios
Es normal estar nervioso. Todo el mundo lo está, en mayor o menor medida. Antes de hablar, concéntrate en respirar lento y profundo, o te fallará la voz. Si no consigues tranquilizarte, hay una solución desesperada: deja caer algo a propósito, como los papeles o el bolígrafo. Aliviará la tensión, quizá el público se reirá y esperará lo peor de ti, y tú tendrás una oportunidad de sorprenderles gratamente con tu labia.
2. Habla de pie
Tu misión es captar la atención de la audiencia. Si estás sentado, al rato te conviertes en una voz que recita en el aire, y hay más posibilidades de que se duerman. Ponte de pie y si es posible muévete por el escenario mientras hablas. Ocupa el espacio, pero no te pases gesticulando, porque entonces dejarán de prestar atención a lo que dices.
3. No leas la presentación
Lo peor que puedes hacer para presentar ideas en público es leerlas. No lo hagas, ni de la pantalla ni de tus papeles. Darás una impresión muy pobre y aburrirás a todo el mundo. Quieres que la audiencia te recuerde, y eso sólo se consigue conectando con ellos, hablándoles directamente. Tampoco escribas tu discurso en la presentación de Powerpoint. Es mucho mejor que las digas tú.
4. Las diapositivas como apoyo visual
Repito: no pongas en la diapositiva nada que puedas decir con palabras. El público puede leer las diapositivas más rápido de lo que tú eres capaz de hablar, así que cuando la hayan leído, dejarán de prestarte atención. Utiliza fotografías o diagramas que ilustren lo que quieres explicar, y si es necesario gráficos o estadísticas, pero que no sean demasiado complejos. Mejor usar fotos grandes y números grandes, llena la pantalla con ellos.
5. Tres ideas como mucho
Si tu presentación es un éxito, la gente recordará como máximo tres cosas de ella. Sabiéndolo, concentrate en que al menos, esas tres se las lleven. Extrae tres frases cortas y poderosas que resuman lo más importante que tienes que decir, y memorízalas. Piensa en el titular de una noticia, por ejemplo, “Los biocombustibles son la peor solución a la crisis de la energía”. Ahora construye la presentación alrededor de esas tres ideas. Cuando llegue el momento justo en la presentación, recita cada idea con voz clara, tal y como la has memorizado.
6. Pequeñas historias en tres pasos
Una vez que tienes claras las tres ideas (o dos, o una sola) que quieres transmitir, crea una historia con cada una de ellas. Empieza por un caso o anécdota que la ilustre. Por ejemplo, “un niño de Cuenca que tenía dificultades para leer hasta que descubrieron que era miope”. A continuación explica la teoría que hay detrás del caso incluyendo bien clara tu idea principal “El retraso escolar puede tener causas fisiológicas”, y termina volviendo brevemente a la anécdota “a Carlitos le pusieron gafas y sus notas mejoraron inmediatamente”. Las palabras vuelan, pero las historias se recuerdan.
7. Mírales a los ojos
Conecta con la audiencia mirando a los ojos a las personas que te miran. Si estás presentando diapositivas (y están bien hechas) la atención del público estará dividida entre lo que hay en ellas y en ti (y puede que en el techo, o sus teléfonos móviles). Busca a quienes te miran, y háblales directamente. Permanece unos segundos mirando a una persona, y busca signos de entendimiento, como por ejemplo, que asientan con la cabeza. Entonces pasa a la siguiente. Cuando llegue el momento de recitar una de tus ideas principales, deja de pasar diapositivas para que te miren solo a ti.
Para aprender más, visita alguna de las páginas de charlas en vídeo y aprende de los grandes oradores. Tienes una buena selección en Quo Live.
Foto: torresburriel