X. No perderás el tiempo


Si fueras a morir en una semana, ¿qué harías? Pues piensa que seguramente, eso mismo es lo que tendrías que estar haciendo ahora.
Ric Elias iba en el avión que se precipitó al río Hudson en 2009. El piloto pudo amerizar de panza y todo el mundo fue rescatado ileso. Como explica en su vídeo, convencido de que iba a morir, a Eric le dio tiempo a pensar en todo lo que siempre había querido hacer y no hizo. En todo el tiempo que había desperdiciado en “cosas que no importan con personas que sí importan”.
Mira hacia atrás. Lo que hace diez años te preocupaba, seguramente ahora te parece una tontería. Quizá dejaste pasar algo que deseabas. Si pudieras volver, lo cambiarías. Pero ¿qué pensarás de ti mismo dentro de diez años? Si tu avión se estrellara mañana, ¿qué lamentarías?
Con suerte y esfuerzo, siempre se puede conseguir más dinero, más inteligencia, más amigos, más amor. Pero no más tiempo. Es un recurso limitado, y dejando aparte un más allá del que no hay pruebas ni noticias, es todo lo que tienes. Perder el tiempo es perder tu vida.
Estas son algunas de nuestras formas preferidas de perder el tiempo:

  • Montar un drama: Conflictos con nuestra pareja, irritación, gritos en el trabajo y compadecernos de nosotros mismos. El drama es adictivo porque nos libera de la responsabilidad y nos reafirma en lo que conocemos. Las cosas son malas, y no hay nada que podamos hacer excepto patalear. Mientras tanto, podríamos estar haciendo algo para mejorar la situación.
  • Precuparnos demasiado de los demás: Las personas pueden paralizarnos si nos preocupamos en exceso de lo que piensen. Esta es una trampa mortífera basada en dos mentiras. Por un lado, lo que piensen los demás tiene que importarnos poco. Por otro, los demás raramente se preocupan de nosotros así que tampoco deberíamos tomarlos tan en serio. Haz ya lo que tengas que hacer, te sorprenderá su reacción.
  • Tener razón: Imagina todo el tiempo y energía malgastado en tener razón e intentar convencer a los demás. Aunque la tengamos, y consigamos convercerlos, es una victoria pírrica. Nunca los convenceremos a todos, ni del todo. No hemos avanzado ni un milímetro en nuestros objetivos. en lugar de concentrarte en tener razón, actúa, y deja que tus actos hablen por ti.
  • Juzgar y cotillear: Otro pasatiempo pernicioso y adictivo porque nos hace sentir mejor, o por lo menos, mejores que el resto. En realidad, el efecto es justo el contrario. Concéntrate en la parte positiva de la gente, y elogia en voz alta las cosas buenas que encuentres, sean pocas o muchas.
  • Dar vueltas a la cabeza: Pensar demasiado en el futuro antes de tomar una decisión, o pensar demasiado en el pasado lamentándonos por algo que hemos hecho, son las peores formas de perder el tiempo. El pasado no se puede cambiar, y nuestro futuro dependerá de lo que hagamos, no del tiempo que pasemos preocupándonos. Si actuamos en lugar de dar vueltas a las ideas en la cabeza dejaremos de perder el tiempo y daremos contenido a nuestra vida.

El principio de Pareto
El economista Wilfredo Pareto nos regaló la fórmula del 80-20: el 20% de la población acumula el 80% de la riqueza. Pero esta regla se puede aplicar a casi todo. El 20% de los clientes de una empresa producen el 80% de los ingresos. El 80% del trabajo de un proyecto se completa en el 20% del tiempo. Microsoft descubrió que corrigiendo el 20% de los fallos más importantes de Windows se solucionaba el 80% de las quejas.
La vida es muy corta, y no tenemos tiempo para todo. Si aplicamos el principio de Pareto de forma radical nos quedaremos solo con aquello que merezca la pena, y evitaremos desperdiciar nuestro tiempo en las cosas y las personas que no lo merecen. Piensa en ese 80% de mensajes de correo que no son importantes. En el 80% del tiempo que pasas en la oficina sin producir nada útil. En el 80% de las llamadas que pueden esperar. En el 80% del dinero que empleas en acumular objetos que no usas ni disfrutas.
El superviviente Ric Elias dice que ahora colecciona vinos malos, porque «si el vino es bueno y tengo compañía, abro la botella». Corta por lo sano. Quédate con lo esencial y disfrútalo hoy. No hay tiempo para más.
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Foto: bogenfreund