Qué pasa con el aceite de coco

aceite de coco
Están crucificando al aceite de coco otra vez. Esto es lo que tienes que saber
Un estudio de 2014 determinó que la información contradictoria sobre nutrición en los medios de comunicación generaba confusión en la gente. Gracias Sherlock. El simple hecho de que haya que estudiarlo quiere decir que sí hay información contradictoria sobre lo que debemos y no comer. La última pelea entre científicos es el aceite de coco, y con él, el resto de las grasas saturadas.
En los últimos 40 años se ha intentado una y otra vez probar que las grasas son las culpables de las enfermedades cardiovasculares, pero en los últimos años se ha visto que no es así. En el mundo entero, pero especialmente en EEUU, la dieta desnatada, la demonización del bacon, el queso, los huevos, y su sustitución con toneladas de azúcar y aceites vegetales de semillas han tenido un resultado indudable: no solo han aumentado las enfermedades cardiovasculares, sino que ahora hay que sumar el incremento en la obesidad y la diabetes.
consumo de grasa, azúcar y obesidad
Sin embargo, es difícil reconocer 40 años de errores, y en algunos lados se sigue defendiendo esta teoría. Uno de ellos es la American Heart Association (AHA).
La AHA es la responsable de las recomendaciones de la dieta cardiosaludable, especialmente las que se refieren a la reducción de las grasas saturadas. La lógica es la misma: las grasas saturadas hacen aumentar el colesterol «malo» LDL y eso produce infartos. Lo que ocurre es que eso no está demostrado, ni mucho menos.
Las recomendaciones de la AHA siguen siendo de un 5-6% de calorías provenientes de grasa saturada. Eso es 13g de mantequilla, por ejemplo, al día. Una cucharada. Estas son sus recomendaciones desde los años 60, y sigue en sus trece. A pesar de todo lo que se ha descubierto desde entonces:

El comunicado más reciente de la AHA, que es el que está provocando la reciente oleada de artículos, mantiene la misma teoría apoyado en cuatro estudios controlados en EEUU, Reino Unido, Noruega y Finlandia, en los cuales se comprobó que la sustitución de grasa saturada (tocino, queso, huevos, etc.) por aceite de soja redujo el riesgo de padecer un episodio cardiovascular en un 28%.
Pero si esto fuera cierto, debería cumplirse siempre, es decir, la gente que consume mucha grasa saturada sufriría más enfermedades cardiovasculares. No es así:

Y para rematar:

En su lugar, sí hay estudios que indican que las grasas saturadas pueden tener efectos beneficiosos:

Por lo menos la AHA sí reconoce que sustituir la grasa saturada con azúcar y otros carbohidratos no produce ninguna mejora en la salud, más bien al contrario. Más aún después del reciente escándalo de los estudios favorables al azúcar y contrarios a las grasas, pagados por la industria.
La portavoz de la AHA Linda Van Horn declaró el año pasado que “Ya no creemos que las dietas bajas en grasa sean la respuesta». Sin embargo las recomendaciones de un 6% de grasa saturada se mantienen porque «No hemos encontrado estudios clínicos controlados que muestren cuál es la cantidad segura de grasa saturada». No parece una justificación suficiente para mandar a la gente que deje de comerla.
Por último, no está de más conocer los conflictos de interés de las personas que firman el estudio de la AHA, es decir, con qué industrias están asociadas, entre otras:

  • Amarin, una empresa que fabrica suplementos para bajar el colesterol
  • California Walnut Commission: comisión de las nueces y derivados
  • Ag Canada: un portal de granjeros
  • Canola Oil Council: consejo del aceite de colza en EEUU
  • TerraVia: comercializadora de aceite de algas

Y respondiendo a tu pregunta, sí, el aceite de oliva sigue siendo muy saludable.
ACTUALIZACIÓN: Esta misma semana se ha publicado un artículo en el British Journal of Sports Medicine que contradice directamente las afirmaciones de la AHA, afirmando que la grasa saturada no es la responsable de que se obstruyan las arterias, sino la inflamación.