Si quieres recortar las calorías de comida para no engordar, hazlo con la cabeza. Estos trucos te ayudarán a comer lo correcto sin pasar hambre.
Se acerca la Navidad y con ella llega la Gran Ola de Calorías (TM), como un tsunami de azúcar, alcohol y grasa en forma de chocolate, turrón, licores, y pastelitos que no-debes-comer-pero-oh-vaya-están-ahí-delante.
Con Navidad o sin ella, todos intentamos controlar las calorías que comemos para no engordar (demasiado). El problema, como ocurre en otros ámbitos de la vida, es hacer los recortes donde no se debe, y pasarse en otras cosas inadecuadas. Así es como se acaba destruyendo la estructura de los cuerpos, las parejas y las sociedades.
¿Te vas a dejar un trozo del pescado? ¿Solo quieres un trocito de pollo? ¿Prefieres no llenarte con las lentejas y así dejas sitio para el postre? Estás haciendo los recortes equivocados. Las proteínas no engordan. Al contrario, te sacian y evitan que comas entre horas. Por si fuera poco, preservan tu masa muscular cuando no haces tanto deporte como quisieras.
Recorta calorías superfluas, no estructurales, y llegarás mucho mejor a enero. Aquí tienes algunos trucos para comer menos sin pasar hambre:
- Antes de comer, bebe agua: no dejaré de repetirlo. Tu cuerpo confunde muchas veces el hambre con la sed. Tómate dos vasos de agua antes de comer para asegurarte de que no estás comiendo porque estás deshidratado.
- No toques el pan: en muchos restaurantes ponen el pan sobre la mesa antes de que llegue la comida. Tienes hambre, así que empiezas a pellizcar migas de pan hasta que te zampas todo el panecillo. Ahí van 100 kcal de almidón que te podrías haber ahorrado, que además están haciendo subir tu insulina.
- Come verdura o sopa primero: la verdura tiene muy pocas calorías y mucha fibra. Esto quiere decir que puedes inflarte de lechuga o verduras a la plancha y no llegar nunca a comer demasiado. La sopa contiene muchos nutrientes y pocas calorías (si no le pones pasta) y también te ayudará a controlar tu saciedad.
- Come las proteínas antes que los carbohidratos: si en tu plato hay carne o pescado, y patatas, deja las patatas para el final. Las proteínas son las que están alimentando a tu cuerpo, y es mejor que sacies tu hambre con ellas.
- No bebas calorías: sigue bebiendo agua durante toda la comida. Así será más fácil tomar una sola copa de vino, en lugar de media botella. Aléjate de los refrescos azucarados y los zumos.
- No le pongas azúcar al café: parece poco, ¿verdad? Pero los sobrecitos de azúcar se van sumando. Si te tomas tres cafés, con tres sobres de azúcar, son 21 gramos, o 84 kcal de más, que no contienen ningún nutriente beneficioso.
- Come despacio: la señal de que has comido bastante llega con retraso al cerebro. Si comes rápido, cuando te quieras dar cuenta de que estás hasta arriba, será demasiado tarde. Comiendo lentamente tendrás una mejor digestión y comerás menos cantidad sin esfuerzo.
- No te distraigas: si estás viendo la televisión, leyendo Facebook o peleando con tu pareja mientras comes, es mucho más probable que comas demasiado. Cuando tu atención se distrae de la comida pierdes el control de la cantidad y la calidad de lo que comes.