Por muchas proteínas que comas, es casi imposible que se conviertan en grasa dentro de tu cuerpo.
La teoría dice que si comes más calorías de las que gastas, el sobrante se almacena como grasa en tu cuerpo y engordas. El problema es que no todas las calorías son iguales, y esa teoría falla.
Las calorías proporcionan los materiales de construcción de tu cuerpo, con los que se forman y regeneran todos los días el músculo, la piel, los huesos, los órganos internos y en general todas las células de tu cuerpo. Puedes vivir sin comer hidratos de carbono, pero no puedes vivir sin proteínas y grasas.
Tu cuerpo puede usar las proteínas como combustible, pero es bastante raro si sigues una dieta que aporte calorías de otros nutrientes. Por ejemplo, si solo te alimentas de pechugas de pollo (sin piel), que son un 95% proteína, sin grasas ni carbohidratos, llegará un momento en que tu organismo las descomponga para convertirlas en glucosa. También te pondrás enfermo por falta de ácidos grasos esenciales, con el llamado mal de caribú.
Aunque hace unos años se pensaba diferente, nuevos estudios han podido comprobar que las proteínas casi nunca se convierten en grasa en nuestro cuerpo, aunque las comas en exceso.
La digestión de las proteínas se produce en el estómago y el intestino delgado. Las proteínas más grandes se rompen en sus aminoácidos, que pasan a la sangre y de ahí al hígado. El hígado usa estos aminoácidos para fabricar las proteínas con las que se regenera tu cuerpo.
En teoría, el hígado podría usar los aminoácidos para fabricar grasa, pero en la práctica esto no ocurre casi nunca. En un experimento se proporcionó a los sujetos 1.000 kcal más de las que necesitaban cada día. Unos tenían una dieta alta en proteínas y otros baja en proteínas. Todos aumentaron de peso, pero los que tomaban la dieta alta en proteínas ganaron músculo, y apenas grasa. Los demás ganaron grasa. El exceso de proteínas no se había transformado en grasa en sus cuerpos.
Otro descubrimiento importante es que no hay límite al número de proteínas que tu cuerpo puede absorber en una sentada. La cifra de 30 gramos por comida lleva circulando mucho tiempo en los gimnasios, pero se ha comprobado que no es cierta. Si comes una cantidad mayor, simplemente tardarás más en digerirla.
En resumen: come pollo, pescado, carne y batidos de proteína sin miedo. La grasa la acumulas al comer azúcar. ¿Quieres aprender a crear tu propia dieta? Consigue ya Operación Transformer.