Sobrevive a la barbacoa

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Una barbacoa con los amigos no tiene por qué ser un desastre nutricional. Minimiza los daños y disfruta sin engordar (tanto).
Como cada verano, llega la temporada de barbacoas. El tiempo acompaña y apetece comer al aire libre. Unas cuantas de estas, sin embargo, y todos tus esfuerzos por tener un cuerpo de verano se pueden convertir en michelines en cuestión de días. Aquí tienes unos consejos para minimizar los daños mientras se asan esas chuletas a la brasa:

  • La precarga de agua y ensalada: las barbacoas siempre se retrasan. Mientras esperas a que las brasas y las chuletas estén listas, bebe toda el agua que puedas y come mucha ensalada, en lugar de cerveza y patatas fritas de bolsa. La verdura y el agua harán que te sientas lleno antes y atacarás la carne con menos ansias.
  • Más carne, menos embutido: si tienes que elegir, apúntate a fuentes de proteínas con poca grasa, como la pechuga de pollo o un filete de vacuno magro, y modera la morcilla y el tocino de cerdo.
  • Cuidado con el pan y las patatas: el almidón es más peligroso de lo que parece, especialmente si lo usas para poner tocino encima. Limita la cantidad total al tamaño de tu puño.
  • Menos cubatas, más jugar después de la comida: En lugar de ponerte a la sombra a beber alcohol, únete a los más pequeños para jugar al balón, o apúntate para dar un paseo. Quemarás grasa y te sentirás mejor.

Foto: Grilled meat de Shutterstock