Wim Hof es capaz de resistir horas sumergido en hielo, de controlar la respuesta de su sistema inmunitario, su temperatura corporal y los latidos del corazón, pero además, sabe cómo enseñarte a hacerlo
Wim Hof tiene a su nombre 26 records Guinness. En 2000 nadó una distancia de 57,5 metros bajo el hielo, aunque tuvo que ser rescatado porque su córnea se congeló y terminó nadando ciego. En 2007 corrió una media maratón en Finlandia, en bañador, a -20 grados. El mismo año ascendió hasta 7.200 metros en el Everest (aunque no llegó a la cima) vestido ¡solo con botas y pantalón corto! Dos años más tarde, otra media maratón, esta vez en el desierto de Namibia, a 40 grados de temperatura, sin beber ni una gota de agua. En 2013 batió su propio récord manteniéndose sumergido en hielo durante una hora y 53 minutos.
Wim Hof se convirtió entonces en una cobaya humana. Cuando los científicos lo conectaron a sensores, descubrieron que era capaz de controlar a voluntad su ritmo cardíaco, sus niveles de adrenalina, la temperatura corporal y el pH de su sangre. En las personas normales esto está regulado por el sistema nervioso autónomo, que se llama así precisamente porque está fuera del control consciente.
Si cualquier persona se sumerge en agua helada, el cuerpo reacciona automáticamente concentrando la sangre y el calor en los órganos internos, y sacrificando las extremidades para maximizar las posibilidades de sobrevivir. La temperatura de la piel desciende rápidamente. En su lugar, Hof mantuvo constante la temperatura de su interior y la de su piel durante casi dos horas. Su cuerpo estaba fundiendo el hielo, consumiendo tres veces más energía de lo normal para calentarse. Pero no es un mutante ni tiene superpoderes. Wim Hof puede enseñarnos a hacer mismo.
El año pasado tuve la ocasión de hablar con Wim Hof durante uno de sus cursos en Barcelona. Esta es parte de nuestra conversación.
Vivimos en tiempos oscuros, ¿cree que hay esperanza?
Si seguimos haciendo lo que hacemos a este ritmo y con el aumento de la población, con esta mentalidad y estructuras de poder, con total seguridad vamos a agotar los recursos del planeta y hacerlo inhabitable para nuestros hijos. ¿Hay formas de parar esto y revertir los efectos negativos de la industrialización, la contaminación y la sobreexplotación? Yo digo que sí, que podemos darle la vuelta. Mostrar a través de la ciencia que podemos ser diferentes, que tenemos incorporados los mecanismos para estar sanos, fuertes y felices sin necesidad de factores externos.
Mucha gente quiere que la medicina solucione sus problemas de salud con pastillas
Estamos esperando que alguien nos dé la solución, y nos hemos olvidado de mirar en nuestro interior. Estas técnicas de respiración nos permiten acceder al interior de nuestras mentes y nuestro cuerpos con facilidad. Por eso estoy mostrando mediante la ciencia, sin especulación, que estamos hechos para ser sanos, fuertes y felices. No necesitamos pastillas, ni terapia, ni comida basura. La gente debe sentir la presencia de su alma, el propósito de su vida, en lugar de servir a un sistema que está sobreexplotando y contaminando el mundo y a la gente. Tenemos el propósito de dar amor a nuestros hijos y poder garantizar el futuro.
¿Cree que estas técnicas deberían enseñarse en las escuelas?
Incluso en las guarderías. Mi hijo menor tiene un año y tres meses, y puede caminar durante diez minutos sobre la hierba helada, y no lo nota. No está actuando de forma rara, no siente dolor. Tiene el poder de la adaptación a los elementos, que estimulan nuestro cuerpo, nuestro sistema vascular, para funcionar mejor, en el modo óptimo. La naturaleza nos dio esto durante millones de años. Entonces empezamos a ponernos ropa, controlar la temperatura, casas, coches, estamos protegidos, no nos movemos, no recibimos estimulación de los elementos, y sin embargo todavía tenemos todos estos sistemas capaces de sostenernos en la naturaleza. Es como un ejercicio, y hemos perdido esa capacidad. Nuestro comportamiento nos desestimula, y es algo que empieza desde que somos niños. El paradigma es ‘niño, ponte la chaqueta que te vas a poner enfermo’ y yo digo ‘niño, quítate la chaqueta, porque si no te vas a poner enfermo’. Mi hijo es maravilloso. Está comiendo tierra y caca de gallina, y está sano y fuerte.
¿De qué forma afecta esta desensibilización a nuestra mente?
En 2020 la depresión será la enfermedad más común de la sociedad occidental, pero yo sé cómo combatirla. La inflamación es una desregulación del sistema a causa de la debilidad, del estrés cotidiano, nuestra vida sedentaria. La inflamación nos enferma, llega al cerebro y así terminamos con una depresión. Los mecanismos que evolucionaron a lo largo de miles de años están faltos de estimulación y ya no nos funcionan. No usamos nuestros poderes naturales, así que nos volvemos débiles y enfermos. Es todo lógico.
Los medicamentos actuales intentan contrarrestar la inflamación
La inflamación solo es una señal, que dice “mírame, mírame” pero cuando lo que hacemos es anular los síntomas con pastillas, hacemos que todo empeore. Se ha demostrado científicamente que la señal del dolor se debe a tres proteínas que se combinan cuando hay inflamación. Si cambias la química a través de la alcalinización [un cambio en el pH de la sangre que se puede conseguir con la respiración] estas proteínas no se combinan. Si eliminas la inflamación, la señal no necesita enviarse.
El problema con la medicina occidental es que suprime los síntomas, mata al mensajero. Es hora de hablar de sanar, no de medicinas. Tenemos el poder de nuestra mente, que se ha demostrado que puede controlar el cuerpo. Podemos acceder a las partes más profundas del cerebro y regular de nuevo lo que está desequilibrado, que es al final la inflamación. Podemos eliminar la inflamación para tratar las enfermedades mentales: depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, psicosis, trauma, ansiedad, estrés postraumático.
Hemos podido mostrar esto en un escáner y los científicos dijeron que esta era una técnica transformadora que podría cambiar el tratamiento de la enfermedad mental. Encontramos pruebas de los elementos clave que regulan el sistema nervioso autónomo en el cerebro. Antes se pensaba que no teníamos influencia sobre él, pero sí podemos controlarlo y regular nuestro estado de ánimo.
La mente es un músculo neurológico. Es un músculo, es carne, es sangre, puede fortalecerse, se le puede enseñar, y lo tienes, naces con él, pero tienes que ponerlo a trabajar. Del mismo modo, con ejercicio y convicción puedes regular tu estado de ánimo.
¿Qué es lo que falla en el mundo para que no se adopten medidas más sencillas para mejorar la salud?
Hay muchas empresas que hacen mucho dinero con la enfermedad. A las personas que están en el poder y viviendo de él no les interesa que lleguemos a entender nuestra verdadera naturaleza. Pero es hora de cambiar, porque el sistema ha jodido el mundo. Ha contaminado el mundo, ha esquilmado el mundo, y la gente se ha vuelto insensible. Ya no saben cuál es su propósito en la vida.
Es hora de que tomemos el control de nuestra propia mente, y he mostrado en estudios científicos que tenemos la capacidad de acceder a las partes profundas de nuestro cerebro: el tronco encefálico, la sustancia gris periacueductal [que controla el dolor], donde se producen los opiaceos, los canabinoides endógenos y la dopamina. Estoy mostrando cómo llegar aquí a través de la ciencia. Aquí estamos. Vamos a cambiar el tratamiento de la enfermedad mental en el mundo, vamos a erradicar la depresión, vamos a traer una nueva conciencia a la gente
¿Estamos asomándonos a un cambio global entonces?
Creo que estamos en al borde de un cambio de paradigma. Que podemos aprender a cambiar nuestra mente, y no queremos estar discutiendo sobre política. Solo queremos ser sanos, fuertes y felices. Y ahora tenemos la capacidad de regular nuestra mente y nuestro destino y va a ser un gran destino.
El miedo viene de una mente estrecha, y eso viene de una educación equivocada. Si accedemos a lo más profundo de la mente podemos librarnos del miedo, la ansiedad, la paranoia, y llegar al amor, al simple amor tribal, y garantizar felicidad y fuerza para tus hijos y tus seres queridos. Eso es lo que queremos. Llega una nueva era, y el sistema que nos controla mediante el miedo y la estrechez de miras va a desaparecer. Está obsoleto. Tuvo su momento y la cagó, ha contaminado y sobreexplotado el mundo. Estamos surgiendo como flores de las ruinas del pasado y mostramos que hay un gran futuro por delante.
Vivimos en tiempos oscuros. ¿Hay esperanza?
En holandés, mi idoma, la palabra para esperanza es la misma que la palabra montón. Hay un montón de esperanza. La ignorancia y la confusión traen la oscuridad, pero tenemos el poder de traer la luz. Podemos reconectar con la semilla de nuestra mente y hacer ese cambio. ¿Qué queremos? Queremos ser luz. Queremos estar bien, felices, tener el control de nuestras emociones y vivir lo mejor posible según nuestro propósito. Está pasando. Somos trabajadores de la luz. Estamos en buena compañía, y traemos soluciones al mundo. Técnicas simples, muy efectivas, mostrando el poder de la mente para cambiar la humanidad. Todas las almas van a brillar.
Había oído hablar de este hombre y tuve la oportunidad de ir a uno de sus cursos en Madrid, pero no me terminé de animar.
Después de esta entrevista creo que me animaré la próxima vez que venga a España, me parece un hombre increíble.