La propaganda sobre los efectos negativos de la masturbación no es nada nuevo. Un médico suizo del siglo XVIII llamado Tissot clasificó la masturbación como una enfermedad mental que debilitaba el espíritu masculino y llevaba a la inmoralidad y el declive de la salud. Rush, un médico estadounidense del XIX, es el perpetrador del mito de que la masturbación provoca ceguera, y su compatriota el doctor Kellogg inició la moda de desayunar cereales basada en la peregrina idea de que un desayuno caliente incitaba a los jóvenes al onanismo.
Cuando pensábamos que todo esto estaba superado, llega el movimiento NoFap, una comunidad de hombres en Internet que promueven la abstinencia de la masturbación y el porno. El nombre viene de fap, una palabra coloquial y onomatoéyica para referirse en inglés a «darle a la zambomba». Parece que el grupo empezó como una broma, uno de esos desafíos a ver quién aguantaba más tiempo sin masturbarse.
Sin embargo, la popularidad de NoFap ha crecido al mismo tiempo que su militancia y la virulencia de sus argumentos, y se han subido al carro tanto fundamentalistas religiosos como grupos feministas. Los fapstronautas citan estudios científicos que relacionan el porno y la masturbación con la disfunción eréctil, el comportamiento compulsivo, la anorgasmia, depresión, ansiedad o aislamiento social. Al mismo tiempo, el grupo presenta historias de éxito de hombres jóvenes que después de tres meses de abstinencia consiguen superpoderes: mayor capacidad de concentración, más rendimiento deportivo, mayor seguridad en las relaciones sexuales, más creatividad, e incluso mayor éxito profesional.
Si esto fuera cierto, dejar de pulir el sable sería el biohack definitivo para hombres. Mucho mejor que los baños de hielo, la meditación y los intervalos Tabata. Pero incluso dejando de lado las exageraciones, los argumentos presentados por NoFap a favor de la abstinencia hacen aguas.
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Para empezar, los últimos 100 años de avances en medicina indican que la masturbación es extremadamente saludable. Las personas que se masturban más, como media, tienen relaciones más saludables, viven más tiempo, conocen mejor su cuerpo, tienen vidas sexuales más satisfactorias, y en el caso de los hombres pueden incluso estar manteniendo a raya el cáncer de próstata.
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El grupo NoFap se formó a partir de los comentarios sobre un estudio chino de 2003 en el que se observó que a los siete días de abstinencia los niveles de testosterona en los hombres aumentaban en un 147%. Es cierto que los tratamientos con testosterona se han utilizado con éxito para mejorar las capacidades cognitivas y los síntomas de la depresión en hombres mayores, pero no hay evidencia de que funcione en hombres sanos y jóvenes. La otra cosa que olvidan mencionar en NoFap es que en el estudio chino, después del séptimo día de abstinencia, los niveles volvieron a normalizarse.
Otro de los argumentos del grupo es que la ubicuidad del porno en Internet produce adicción al sexo e hipersexualidad. Sin embargo, ninguno de estos comportamientos aparece como trastorno en el DMS-5, la última versión del manual de psicología, que sirve para que todos quienes lo leen se autodiagnostiquen con una docena de enfermedades mentales.
El adalid de la causa es Gary Wilson, autor del libro ‘Your Brain on Porn’, una charla TED y una serie de publicaciones científicas en las que justifica que el abuso del porno en Internet para masturbarse produce disfunciones sexuales incluso en personas jóvenes.
Otros estudios citados por los miembros de NoFap muestran una correlación entre la frecuencia elevada de uso del porno en Internet y todo tipo de trastornos como deficiencias psicosociales, abuso del alcohol y cannabis, videojuegos, y juegos de azar. Aún cuando los datos de los estudios sean correctos, las conclusiones de los fapstronautas no lo son.
Recordemos que una correlación no implica causalidad. Los propios autores del artículo anterior indican que la pornografía en Internet no es perjudicial por sí misma. Es un caso de causalidad inversa: los jóvenes que sufren de rechazo social, aislamiento y depresión tienen más probabilidades de darse a las drogas, la bebida y el porno de forma compulsiva para mitigar su sufrimiento. La masturbación compulsiva sería pues el síntoma, no la enfermedad.
Otro estudio del Journal Of Sexual Medicine lo explica mejor, estudiando los perfiles psicológicos de los usuarios del porno en Internet. Tres de cada cuatro hacen un uso recreativo, no solo sin consecuencias negativas, sino con beneficios: mayor satisfacción sexual, menor comportamiento compulsivo y menos disfunción sexual. Solo un 11,8% podían clasificarse como compulsivos, con todos los problemas asociados.
Un análisis de los estudios científicos sobre los efectos negativos de la pornografía encontró que en general eran más subjetivos, tendenciosos y con datos de peor calidad. Una revisión de 2016 no encontró ninguna evidencia sólida de que la pornografía pudiera causar disfunciones sexuales. Otro estudio australiano con más de 10.000 personas encontró que los casos de “adicción” eran extremadamente raros.
Los trastornos compulsivos que interfieren con la vida de las personas se pueden dar con multitud de comportamientos, desde la masturbación hasta morderse las uñas. Las adicciones y los comportamientos compulsivos suelen tener un diagnóstico claro, ya que interfieren con la vida cotidiana de las personas, y es de esperar que reciban el tratamiento adecuado encaminado a reducirlos o eliminarlos. Sin embargo nada indica que la pornografía y la masturbación los provoquen, ni tampoco que eliminándolas se obtengan beneficios en personas sanas.
En cuanto a los superpoderes que otorga la abstinencia, parecen tan mitológicos como la fuerza sobrehumana del casto Lanzarote del Lago.
¿En qué se basa todo esto?
The Role of Masturbation in Marital and Sexual Satisfaction: A Comparative Study of Female Masturbators and Nonmasturbators
Las diferencias significativas entre los dos grupos aparecieron en 6 de las 7 mediciones, lo que indica que los masturbadores tuvieron significativamente más orgasmos, mayor deseo sexual, mayor autoestima y mayor satisfacción marital y sexual, y requirieron menos tiempo para la excitación sexual.
Sex and death: are they related? Findings from the Caerphilly Cohort Study.
La actividad sexual parece tener un efecto protector sobre la salud de los hombres.
Ejaculation Frequency and Risk of Prostate Cancer: Updated Results with an Additional Decade of Follow-up.
Evaluamos si la frecuencia de eyaculación a lo largo de la edad adulta está relacionada con el riesgo de cáncer de próstata en un gran estudio con sede en los EE. UU. Encontramos que los hombres que reportaron una mayor frecuencia en comparación con una menor frecuencia de eyaculación en la edad adulta tenían menos probabilidades de ser diagnosticados posteriormente con cáncer de próstata.
A research on the relationship between ejaculation and serum testosterone level in men
En el séptimo día de la abstinencia, sin embargo, apareció un pico claro de testosterona sérica, que alcanzó el 145,7% de la línea de base (P <0,01). No se observó una fluctuación regular después de la abstinencia continua después del pico.
Effects of Testosterone Therapy on Cognitive Function in Aging: A Systematic Review
A pesar de las limitaciones impuestas por tales métodos inconsistentes, se han encontrado asociaciones prometedoras entre la cognición y la suplementación con testosterona tanto en hombres eugonadales como en hombres con niveles bajos de testosterona, con y sin disfunción cognitiva basal.
Is Internet Pornography Causing Sexual Dysfunctions? A Review with Clinical Reports
Los informes clínicos sugieren que terminar con el uso de la pornografía en Internet a veces es suficiente para revertir los efectos negativos, lo que subraya la necesidad de una investigación exhaustiva con metodologías que permitan a los sujetos eliminar la variable del uso de la pornografía en Internet.
Examining Correlates of Problematic Internet Pornography Use Among University Students
El hecho de no encontrar una relación sólida y significativa entre el uso de la pornografía en Internet y el funcionamiento psicosocial general sugiere que el efecto general de la utilización de la pornografía en Internet no es necesariamente dañino en sí mismo. El uso adictivo de la pornografía por Internet, que se asocia con un funcionamiento psicosocial más deficiente, surge cuando las personas comienzan a utilizar la pornografía en Internet a diario.
Profiles of Cyberpornography Use and Sexual Well-Being in Adults
Los usuarios recreativos informaron de una mayor satisfacción sexual y una menor compulsividad, evitación y disfunción sexual, mientras que los usuarios con un perfil compulsivo presentaron una menor satisfacción y disfunción sexual y una mayor compulsividad y evitación sexual. Los usuarios menos activos y muy angustiados estaban menos satisfechos sexualmente y reportaron menos compulsividad sexual y más disfunción y evitación sexual.
Pornography Addiction in Adults: A Systematic Review of Definitions and Reported Impact.
Encontramos que la adicción a la pornografía autopercibida se realiza con mayor frecuencia como uso excesivo de la pornografía y consecuencias negativas. Como resultado, los investigadores tendieron a centrarse en la frecuencia del uso de la pornografía y el impacto relacionado como determinantes de la adicción a la pornografía autopercibida. Se ha comprobado que la adicción a la pornografía autopercibida afecta a los usuarios y a sus parejas de manera similar, como un aumento en los sentimientos de aislamiento y ruptura de relaciones. Sin embargo, encontramos algunas limitaciones metodológicas de los estudios primarios, que limitan la fuerza de las conclusiones que se pueden extraer. Las limitaciones incluyen la falta de muestras representativas y mediciones inadecuadas de la adicción a la pornografía autopercibida y su impacto.
Is Pornography Use Associated with Sexual Difficulties and Dysfunctions among Younger Heterosexual Men?
Encontramos poca evidencia de la asociación entre el uso de la pornografía y los trastornos de la salud sexual masculina. Contrariamente a las preocupaciones del público, la pornografía no parece ser un factor de riesgo significativo para el deseo de los hombres más jóvenes, las dificultades eréctiles u orgásmicas.
A Profile of Pornography Users in Australia: Findings From the Second Australian Study of Health and Relationships
Tres cuartas partes de estos hombres (76%) y más de un tercio de estas mujeres (41%) habían visto material pornográfico en el último año. Muy pocos encuestados informaron que eran adictos a la pornografía (hombres 4%, mujeres 1%), y de los que dijeron que eran adictos, aproximadamente la mitad también informaron que el uso de pornografía había tenido un efecto negativo en ellos. Ver material pornográfico parece ser razonablemente común en Australia, con efectos adversos reportados por una pequeña minoría.