En la historia de la medicina hay numerosos ejemplos de medicamentos que se investigaron con una finalidad y produjeron efectos distintos a los esperados. Pfizer estaba investigando una pastilla para la hipertensión que tuvo como efecto secundario provocar poderosas erecciones en los hombres, y así nació Viagra. Otro medicamento pensado para la presión arterial, minoxidil, hacía crecer el pelo de los pacientes y lo puedes encontrar hoy con ese fin en tu farmacia.
Con la metformina ha pasado algo parecido, pero con implicaciones mucho más profundas. Originalmente usada como un tratamiento para la diabetes, la metformina puede hacer que la gente viva más años, y que tarde más años en ponerse enferma.
No se trata de un producto innovador. La metformina es un derivado de una planta llamada Galega officinalis, vulgarmente ruda cabruna, una planta que se encuentra en toda Europa y Oriente Medio, y en España entre los ríos Guadiana y Guadiaro. Durante siglos esta planta se usó para tratar todo tipo de dolencias, incluida la “micción frecuente”, que era uno de los síntomas de la diabetes antes de que se hubiera descrito la enfermedad.
Puede que hayas oído hablar de la resistencia a la insulina, la hormona que ordena a las células de tu cuerpo a absorber la glucosa de la sangre y almacenarla. La obesidad, el exceso de azúcar en la dieta (que a su vez causa obesidad), el estrés y la falta de ejercicio físico hacen que tus células se vuelvan “sordas” a la insulina, y dejen de absorber glucosa. Con niveles altos de insulina y glucosa en sangre, estás en el camino hacia la diabetes. Por si fuera poco, la resistencia a la insulina dispara el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, Alzheimer y cáncer.
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Pues bien, la metformina actúa de dos formas. Por un lado suprime la producción de glucosa en el hígado, con lo que descienden los niveles de glucosa en sangre. Por otro, la metformina aumenta la sensibilidad a la insulina. Esto ocurre porque las células empiezan a absorber más glucosa activando una proteína llamada GLUT4, la misma que se produce cuando haces ejercicio.
Cuando sube tu insulina, tu cuerpo deja de quemar grasa como combustible, y en su lugar se pone a almacenarla. La metformina contrarresta este efecto de la insulina, permitiendo que tu cuerpo queme grasa e nuevo.
Así que no es de extrañar que sea un tratamiento adecuado para prevenir y tratar la diabetes. Sin embargo, ¿qué tiene esto que ver con el envejecimiento?
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¿De qué vas a morir?
Nir Barzilai es un científico de origen israelí que se ha especializado en investigar el envejecimiento, y en concreto, cómo la metformina puede frenarlo. No en vano su charla en TED se llama “Cómo morir joven a una edad muy avanzada”. Barzilai pone de relieve que, aunque suene perogrullesco, envejecer es el mayor factor de riesgo para contraer enfermedades. Tener el colesterol alto triplica el riesgo de infarto, ser viejo lo multiplica por mil. “La única forma de tener un impacto es retrasar el envejecimiento”, porque tratando enfermedades individuales “solo cambiarás una enfermedad por otra”.
En la investigación de Barzilai estudiaron a personas centenarias y lo que descubrieron es que eran mutantes. Tenían genes que protegen contra las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el Alzheimer, e incluso minimizan los daños causados por el tabaco, una dieta pésima, el sedentarismo o la obesidad.
Por supuesto, el hecho de que haya centenarios que fuman, beben y están gordos no quiere decir que fumar, beber y engordar sean el secreto para vivir más años. Sin esos genes protectores, son formas muy eficaces de morirse antes. Sin embargo, si hubiera un medicamento que imitara los efectos de esos genes protectores, se podría retrasar el envejecimiento. Este medicamento ha resultado ser la merformina.
Además de las aplicaciones para el tratamiento de la diabetes en los últimos años se ha comprobado que la metformina también es eficaz para frenar la proliferación de tumores, proteger contra las enfermedades cardiovasculares, el ovario poliquístico y las enfermedades neurodegenerativas. En definitiva, los mismos efectos que las mutaciones que hacen a los centenarios más longevos. En los estudios anteriores, las personas diabéticas tratadas con metformina tenían menos mortalidad, no ya solo comparadas con otros diabéticos, sino también superando a las personas sanas usadas como control.
La ventaja de atajar estas enfermedades asociadas con el envejecimiento es que no solamente se viven más años, sino que se consigue aumentar el número de años que se viven con salud. En el caso de los centenarios, gozan de buena salud durante casi toda su vida, y solo enferman durante un tiempo corto antes del final de su vida. Por el contrario, las personas aquejadas de las dolencias anteriores pueden pasar décadas enfermas, con un coste personal y material considerable.
Barzilai ha puesto en marcha un estudio controlado que podría abrir las puertas en EEUU (y en el resto del mundo que por lo general va a remolque) para usar la metformina como tratamiento preventivo contra el envejecimiento. Esto requiere que se considere al envejecimiento como una dolencia tratable, cosa que aún no ocurre en los sistemas sanitarios de ningún país.
La ventaja de usar metformina es que se sintetizó en 1922, lo que quiere decir que no hay patentes por las que pelear ni millones que ganar para las farmacéuticas, y cada pastilla cuesta unos pocos céntimos. Quizá esta vez la extensión de la vida no sea solo para los muy ricos.
¿En qué se basa todo esto?
Metformin: an update.
Las propiedades antihiperglucémicas de la metformina se atribuyen principalmente a la producción de glucosa hepática suprimida, especialmente a la gluconeogénesis hepática, y al aumento de la sensibilidad a la insulina en el tejido periférico.
Metformin counters the insulin-induced suppression of fatty acid oxidation and stimulation of triacylglycerol storage in rodent skeletal muscle.
Debido a que el aumento del almacenamiento de lípidos musculares y la oxidación de los ácidos grasos deteriorados se han asociado con la resistencia a la insulina en este tejido, la capacidad de la metformina para revertir estas anomalías en el metabolismo de los ácidos grasos musculares puede ser una parte del mecanismo por el cual la metformina mejora la eliminación de la glucosa y la sensibilidad a la insulina.
Metformin: a review of its potential indication
En los últimos años, además de la reducción de la glucosa, varios estudios han presentado pruebas que sugieren algún papel potencial para la metformina, como el efecto antitumoral, el efecto antienvejecimiento, el efecto protector cardiovascular, el efecto neuroprotector o un tratamiento opcional para el síndrome de ovario poliquístico.
Metformin as a Tool to Target Aging
La metformina, que ha demostrado efectos protectores contra varias enfermedades relacionadas con la edad en humanos, se probará en el ensayo TAME (Targeting Aging with Metformin), como el paso inicial en el desarrollo de medicamentos de próxima generación cada vez más efectivos.