A medio camino entre los brotes y las plantas baby, los microgreens son una forma fácil de multiplicar los nutrientes de tu ensalada.
Quizá hayas visto en tiendas unos contenedores con pequeñas plantitas llamadas microgreens. Son plantas jóvenes que no pasan de los tres centímetros, a medio camino entre los brotes (que no tienen hojas, como los brotes de soja) y las plantas tiernas, como por ejemplo los cogollos o las espinacas baby. También se llaman «confetti vegetal». Puedes encontrar microgreens de muchas verduras, legumbres y hortalizas: alfalfa, brócoli, rábanos, cebolla, lentejas, garbanzos, mostaza, y muchas otras.
La ventaja de los microgreens es su valor nutricional, que gramo por gramo es mucho más alto que en las plantas adultas, con un sabor más concentrado y mayores cantidades de magnesio, potasio, hierro, zinc y polifenoles y otros antioxidantes. Por ejemplo, los niveles de antioxidantes en estas mini plantas son hasta 40 veces más elevados que en las plantas maduras.
Además de comprarlos, y teniendo en cuenta que son un poco caros, los puedes plantar en casa. Esto es lo que tienes que hacer:
- Compra semillas, las que mejor funcionan son brocoli, coliflor, col, mostaza, chia, girasol o trigo sarraceno.
- Cubre el fondo de un plato de plástico o contenedor de aluminio con unos tres centímetros de mantillo para plantas, de los que vienen abonados. Apriétalo y déjalo plano.
- Esparce las semillas sobre la superficie y cubre con film de plástico hasta que germinen. Humedece con un spray de agua.
- Humedece una vez al día. Una vez hayan germinado, retira el plástico, y sigue humedeciendo hasta que alcancen el tamaño deseado.
Es así de fácil. También Puedes comprar en Internet un sustrato parecido al algodón para conseguir el mismo efecto. Con suficiente luz y humedad, tendrás tus brotes listos para recolectar y comer entre una y tres semana. ¡Que no falten en tu ensalada!