El filtro de amor, ese brebaje que hace a quien lo toma caer rendido en los brazos de otra persona, es una constante en la literatura y la mitología. Puede que la idea no esté tan descaminada. Por mucho que Disney y las comedias románticas se empeñan en lo contrario, el amor tiene poco de espiritual y mucho de químico.
Nos hace mucha gracia como los patitos recién salidos del cascarón siguen a cualquier cosa como si fuera su madre: gatos, perros o balones de playa. El causante de este comportamiento es la oxitocina, una hormona que les impulsa a establecer un lazo de afecto y dependencia con la primera cosa más grande que ellos que vean. Quizá no es tan gracioso saber que mecanismos muy parecidos están presentes en nosotros.
La oxitocina y otras drogas del amor
El apego es un mecanismo básico de supervivencia para nuestra especie. Al nacer estamos tan desvalidos que es necesario asegurar que los adultos cuiden de nosotros. A lo largo de nuestra evolución también hemos dependido del trabajo en equipo para cazar, recolectar y, en definitiva sobrevivir y prosperar. Sin un mecanismo de recompensa en nuestro cerebro que se dispare en presencia de otros seres humanos, todo esto no sería posible.
Los lazos entre madres e hijos están mediados por un cóctel de drogas cerebrales: la ya mencionada oxitocina, pero también opioides endógenos (sustancias análogas a la heroína que produce nuestro cerebro) vasopresina y noradrenalina. Cada una de estas “drogas” afectan de una forma diferente a nuestro cerebro.
Por ejemplo se sabe que la vasopresina es un estimulante de la memoria. Al inyectar vasopresina a animales se facilita que recuerden experiencias y asociaciones, e incluso impide la amnesia causada por electroshock. Los opiáceos en el cerebro hacen que una ruptura amorosa pueda ser tan difícil de superar como la adicción a la heroína.
Ese mismo circuito que nos hace establecer lazos entre madres e hijos, y también con los padres, es el que, combinado con algunas drogas más, nos hace amar y enamorarnos.
La oxitocina es la hormona más importante en la formación de vínculos sociales. El cuerpo humano produce oxitocina en el parto y la lactancia, en el caso de las mujeres, y durante el sexo, para todo el mundo. Los perritos de las praderas, una de las pocas especies monógamas, tienen más receptores de oxitocina que otras especies parecidas no monógamas. Al bloquearles la oxitocina, se evitaba que se emparejaran.
Simplemente con estar cerca de otras personas, aumentan nuestros niveles de oxitocina, eso sí, si son personas que nos caen mal, no funciona. En los seres humanos se ha podido comprobar, además, que al administrarles una dosis de oxitocina aumentaba su nivel de confianza en otras personas, haciendo descender los niveles de estrés. Y la confianza mutua es la base de la mayoría de las relaciones amorosas, en un vínculo que se denomina “seguro”. La oxitocina aplaca el miedo, y permite asumir riesgos en las relaciones.
Lo mismo ocurre con algunos humanos. Se sospecha que personas que producen poca oxitocina por una disposición genética son crueles, insensibles y violentas. En cambio, al administrar oxitocina a hombres se comprobó que sus comportamientos se volvían más monógamos.
El elixir del amor, en su farmacia online
Es fácil conseguir un inhalador de oxitocina a través de internet. Se vende como una forma de mejorar las posibilidades en una cita, por ejemplo, ya que en varios estudios se ha comprobado que al administrar oxitocina mejora la confianza en uno mismo y combate la timidez, y reduce el estrés cuando somos rechazados. También es un suplemento habitual para pacientes que sufren de autismo y esquizofrenia.
Por desgracia, hay efectos secundarios. En otro estudio se vio que al administrar oxitocina a personas sanas, estas se volvían emocionalmente hipersensibles, reaccionando exageradamente a las expresiones faciales de otras personas, y por tanto entorpeciendo la interacción con ellas.
Era demasiado bonito para ser cierto, de todos modos. Estas son, sin embargo, algunas formas de aumentar de forma natural la oxitocina, de nuevo, basadas en experimentos:
- Abrazos: abrazar a otra persona aumenta la oxitocina, reduce los niveles de estrés y mejora el sistema inmunitario.
- Mirarse a los ojos: algo tan sencillo, cuando se hace de forma no amenazadora, aumenta de forma natural la oxitocina y la fuerza del vínculo social.
- Mascotas: acariciar a una mascota produce un aumento instantáneo de oxitocina, al menos, y sobre todo, en sus dueños.
- Puenting: y también saltar en paracaídas o montar en una montaña rusa. La subida de adrenalina inicial se compensa con una subida posterior de oxitocina de hasta un 200%.
- Meditación consciente: o mindfulness. Especialmente si se practica en grupo o se dirigen los pensamientos hacia las personas queridas.
- Compartir una comida, o una copa de vino.
¿En qué se basa todo esto?
Brain Substrates of Infant–Mother Attachment: Contributions of Opioids, Oxytocin, and Norepinephrine
Postulamos la existencia de circuitos de motivación social que son comunes a todos los mamíferos y consistentes en el desarrollo. La oxitocina, la vasopresina, los opiáceos endógenos y las catecolaminas parecen participar en una amplia variedad de comportamientos afiliativos y es probable que sean componentes importantes en este circuito.
Vasopressin and oxytocin their presence in the central nervous system and their functional significance in brain processes related to behaviour and memory
En general, los datos clínicos obtenidos hasta el momento con el tratamiento con vasopresina están de acuerdo con los resultados de los experimentos con animales y respaldan la noción sobre la participación de la vasopresina en la función de memoria.
Cellular Mechanisms of Social Attachment
Los topillos de las praderas monógamos tienen una mayor densidad de receptores de oxitocina en el núcleo accumbens que las especies no monógamas; el bloqueo de estos receptores por inyección de un antagonista específico del en la hembra evita la formación preferente de una pareja.
Neuroendocrine perspectives on social attachment and love.
Los neuropéptidos centrales, y especialmente la oxitocina y la vasopresina han sido implicados tanto en la vinculación social como en el control central del eje hipotalámico-pituitario-adrenal HPA. En los perritos de las praderas, que muestran una clara evidencia de formar vínculos, la oxitocina es capaz de aumentar los comportamientos sociales positivos y tanto la oxitocina como las interacciones sociales reducen la actividad en el eje HPA. Las interacciones sociales y el apego involucran sistemas endocrinos capaces de disminuir la reactividad de la HPA y modular el sistema nervioso autónomo, tal vez teniendo en cuenta los beneficios para la salud que se atribuyen a las relaciones amorosas.
Oxytocin increases trust in humans
Aquí mostramos que la administración intranasal de oxitocina, un neuropéptido que desempeña un papel clave en el apego social y la afiliación en mamíferos no humanos, provoca un aumento sustancial en la confianza entre los humanos, lo que aumenta en gran medida los beneficios de las interacciones sociales.
Childhood aggression, callous-unemotional traits and oxytocin genes
Este es el primer estudio conocido que muestra una asociación significativa entre los rasgos insensibles a la insensibilidad en niños y adolescentes con una agresión persistente extrema y persistente y un polimorfismo en el receptor de oxitocina.
Oxytocin enhances brain reward system responses in men viewing the face of their female partner
En conjunto, nuestros resultados sugieren que OXT podría contribuir a los vínculos románticos en los hombres al mejorar el atractivo y el valor de recompensa de su pareja en comparación con otras mujeres.
Acute intranasal oxytocin improves positive self-perceptions of personality
La oxitocina intranasal aumentó las calificaciones de la extraversión de NEO-PI-R y la apertura a las experiencias, particularmente para las siguientes facetas: emociones positivas, apertura a valores e ideas, confianza y altruismo.
The effect of intranasal oxytocin on perceiving and understanding emotion on the Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT).
Los presentes hallazgos respaldan una creciente literatura que muestra que los efectos de la oxitocina intranasal en la cognición social pueden ser negativos en determinadas circunstancias, en este caso promoviendo la «hipersensibilidad» a la emoción en las personas sanas.