A pesar de las críticas, en términos generales la dieta paleo se parece bastante a la mediterránea, y puede tener muchas ventajas.
La dieta paleo es uno de esos temas sobre los que todo el mundo parece tener una opinión apasionada. O son ardientes defensores de comer filetes con aguacate y nueces, o feroces críticos que vaticinan que comiendo de esa forma te reventara el hígado y los riñones (no va a ocurrir).
En general, la dieta paleo se inspira en lo que se supone que podrían haber comido nuestros ancestros del paleolítico. Ya que la agricultura no se había descubierto, en este tipo de dieta no están presentes los cereales ni las legumbres, que en su estado natural no solo no se pueden comer, sino que a veces son tóxicos. También evitan alimentos refinados y procesados, como el azúcar y los lácteos, y los aceites de semillas, como los de maíz, soja y girasol.
Es cierto que nadie sabe con certeza lo que comían los cavernícolas. Los restos indican que ciertas poblaciones tenían una dieta basada principalmente en carne o pescado, mientras que otras subsistían comiendo más plantas, semillas, tubérculos e insectos, dependiendo de en qué zona del planeta se encontraban. Lo que sí sabemos con seguridad es que no tenían acceso a la pasta, la pizza, ni los donuts.

Precisamente los expertos coinciden en que este es el motivo por el que la dieta paleo funciona. No porque sea la dieta primigenia del ser humano, sino por evitar todos los alimentos procesados. Al obtener los carbohidratos de fuentes naturales, como las verduras y ciertos tubérculos, y aumentar la cantidad de proteínas y grasas, automáticamente la dieta se adapta a lo que los últimos descubrimientos en nutrición han podido comprobar: es el exceso de azúcares y grasas procesadas, que son altamente inflamatorias, lo que está detrás de los problemas de salud como la obesidad, la diabetes, y las enfermedades cardiovasculares. No las grasas.
Además, al comparar el plato ideal de una dieta paleo con las nuevas recomendaciones nutricionales de la FDA, resultan sospechosamente parecidos, aunque en la dieta paleo en lugar de cereales hay tubérculos, y se prescinde de los lácteos.

Quizá ha llegado el momento de añadir un poco de sensatez paleolítica a tu menú de cada día. No te pierdas la siguiente receta de el Gourmet saludable para aprender a cocinar un perfecto almuerzo paleolítico con todos los nutrientes que necesitas.