Tus caderas no están en forma, así puedes arreglarlo

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¿Qué tal andas de movilidad? Pasarte el día en una silla puede afectar a la flexibilidad de la articulación más importante de tu cuerpo: las caderas
Cuando hablamos de movilidad pensamos en multas de aparcamiento o en programas de bicicletas compartidas en las ciudades, pero hay otro tipo de movilidad si cabe más importante: la de tus articulaciones.
La movilidad o flexibilidad es simplemente el rango de movimiento de una articulación, y una de las más importantes de tu cuerpo es la de tus caderas. Da igual si levantas pesas, corres maratones o simplemente vas a la compra: estás utilizando las caderas constantemente, y una mala cadera puede llevarte a malas posturas y dolores de espalda.
¿Cómo están tus caderas?
Haz este sencillo test para ver cómo andas de flexibilidad en la cadera. Necesitarás una toalla:

  1. Túmbate boca arriba en el suelo
  2. Junta los pies y estira los dedos hacia ti
  3. Pasa una toalla o una banda elástica por detrás del pie y sujeta los extremos con las manos.
  4. Tira de la toalla para levantar la pierna lentamente sin doblar las rodillas.
  5. ¿Llegas a 90 grados? Bien. ¿Menos? Puedes mejorar.

Mejora tu cadera


Seguro que cuando eras un bebé pasabas horas agachado, jugando con algo en el suelo. En muchos pueblos alrededor de la tierra, especialmente en Asia y África, se mantiene esta postura durante toda la vida. Es la forma más cómoda de estar sentados sin silla durante horas. Sin embargo, los occidentales hemos perdido no solo la costumbre, sino a veces la capacidad.

Si no practicas esta sentadilla profunda, en la que tu trasero casi toca el suelo, con el tiempo pierdes la flexibilidad necesaria para mantener esta postura. El doctor Stuart McGill, uno de los mayores especialistas en postura y salud de la columna, la utilizó él mismo para mantener la flexibilidad y prevenir una operación de cadera. En el gimnasio te ayudará a mejorar tu sentadilla, saltar más alto y tener menos lesiones.

¿Cómo hacerlo? el siguiente ejercicio es uno de los más sencillos y efectivos. Agarra la punta de los pies, si llegas, y agáchate. Solo necesitas mantener la postura durante 30 segundos al día y estarás mucho más flexible. Así de simple.