Tus gases y los FODMAPS

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Hinchazón, gases, indigestión, diarrea. Prueba con una dieta de eliminación controlando tus verduras.
¿Has oído hablar de las intolerancias alimenticias? En cuanto alguien sufre de gases, hay clínicas dispuestas a vender tests de intolerancia de dudosa efectividad que prometen curarnos de la indigestión eliminando las berenjenas o la cebolla.
A pesar de todo no hay pruebas definitivas de una asociación entre los problemas digestivos y las intolerancias. Los gases, hinchazón, diarrea e indigestión parecen estar relacionados con un grupo de nutrientes llamados FODMAPS. Estas son las siglas en inglés de Oligo, di y monosacáridos y polioles fermentables.
Detrás de esa denominación tan complicada están muchos alimentos comunes: legumbres, lácteos, cereales, azúcar y ciertas verduras como la coliflor, los guisantes o la cebolla.
El problema de los FODMAPS es que no se absorben completamente en el intestino delgado. Así pasan al intestino grueso donde fermentan gracias a la flora intestinal. Si tomamos una gran cantidad de ellos, aparecen los gases y otras molestias.
Entre los FODMAPS están la fructosa y los fuctosanes (cadenas de fructosa) la galactosa y galactosanos, la lactosa, y los polioles como el sorbitol, manitol, xylitol y maltitol.
 
La dieta de eliminación consiste en retirar de la dieta lo más posible los alimentos ricos en FODMAPS y sustituirlos por otros con menor contenido en ellos. La lista de alimentos altos en FODMAPS es larga:
FRUCTANES

  • trigo
  • centeno
  • cebada
  • cebolla
  • alcachofas
  • espárragos
  • remolacha
  • puerros
  • brócoli
  • col

GALACTANES

  • Todas las legumbres

POLIOLES

  • Frutas con hueso
  • Coliflor
  • Edulcorantes artificales (chicles y caramelos sin azúcar)

FRUCTOSA

  • Todas las frutas

GALACTOSA

  • Leche y lácteos

Si tomas grandes cantidades de alguno de estos alimentos, y tienes problemas digestivos, prueba a eliminarlo durante dos semanas y examina los síntomas. Si no mejoran, elimina otro diferente hasta que des con el culpable.
Una vez sabes cuál es la kriptonita de tu intestino, piensa en moderar la cantidad que comes en el futuro.
Foto: beans, de Shutterstock, no reutilizar