A veces parece que por mucho que lo intentes, con el tiempo la báscula siempre vuelve a marcar lo mismo. Pero el peso y la forma de tu cuerpo no están predeterminados.
Mucha gente hace dieta y ejercicio para cambiar su cuerpo, y al poco tiempo se encuentran de nuevo en mismo punto en el que empezaron. Es como si el cuerpo tuviera un punto fijo de referencia (por ejemplo, 70 kilos, un flotador en la cintura, brazos delgados, piernas rechonchas) y se resistiera a cambiar por mucho que lo intentemos.
Pues, en realidad, es exactamente así.
Nuestro organismo tiende a la homeostasis, que es la palabra técnica para “quedarse como está”. En los últimos años ha surgido la teoría del “set point”, o punto fijo, que es el estado de nuestro cuerpo al que siempre tiende a volver. Hay quien llega a decir que este punto está determinado genéticamente y los intentos para modificarlo siempre acaban en fracaso. Pero pensar así es un error.
El punto fijo no es tan fijo. Aunque la genética siempre influye, la forma y peso de nuestro cuerpo depende del entorno y de nuestras decisiones. Es fácil demostrarlo.
Todos conocemos el caso, o lo hemos experimentado en nuestras propias carnes (nunca mejor dicho). Alguien que tiene un cuerpo normal viviendo en España decide pasar un año en EEUU, tierra de la libertad y los michelines, donde nunca se camina, y la comida basura es muy barata.
Al mes de la mudanza, ha ganado 10 kilos. Su punto fijo ha cambiado. Pasa el año y regresa a Europa, empieza a usar el transporte público, come más pescado y verdura, y pierde peso en cuestión de semanas.
Pongamos que esa misma persona decide entonces trabajar como voluntaria en África ayudando a la reconstrucción de viviendas. La comida no es tan fácil de conseguir y hace trabajo físico constantemente. Pierde diez kilos, y a nadie le extraña.
Vamos a resumir: el peso y la forma de nuestro cuerpo no es una condena genética. Es una consecuencia de lo que hacemos.
También hay fases en nuestra vida que hacen que ese punto fijo se mueva. La pubertad, un embarazo, la menopausia, una lesión, todos esos cambios físicos y hormonales modifican el punto de referencia para tu cuerpo.
¿Cómo cambiar el punto fijo?
Una dieta restrictiva o una depuración no van a ayudarte, y al contrario, pueden dejarte peor que antes. Si quieres que los cambios en tu cuerpo sean permanentes, los cambios en tu actividad y tu dieta también tienen que serlo. Si quieres, cambiar, tienes que cambiar.
Por cierto, este es el principio de la Operación Transformer. Después de tres meses tu cuerpo estará en un punto fijo diferente. Habrás podido comprobar que tu cuerpo no está predestinado. A partir de entonces, el punto en el que permaneces depende solo de ti.
Si quieres saber más, no te pierdas el libro de la Operación Transformer, disponible muy pronto.
Foto: bathroom scale de Shutterstock, no reutilizar
Darío, pq no lanzas una app????????
Está en proyecto 🙂 pero primero el libro en operaciontransformer.com
Buenas Darío, ayer dejé un comentario en este post y no sale, que raro.
En el te comentaba que entro todos los dias a tu blog y recién ayer me apareció este artículo con fecha del 15 de marzo, cuando yo entré el 15, 16, y 17 y no me aparecía.
Me apareció ayer 18.
Como puede ser?
Saludos y espero que te llegue el mensaje.
Darío enhorabuen apor el post, muy bueno la verdad. A ver para cuando el libro, seguro será tan interesante como el blog, porque este mundo del peso y de las dietas es fascinante.