La única limpieza que funciona: dos semanas sin azúcar ni alcohol

azúcar alcohol
Si quieres desintoxicarte, olvídate de los zumos y las dietas de limpieza, y elimina de tu dieta las dos cosas que afectan más a tu cuerpo.
Con el año nuevo aparecen como setas las dietas detox, aprovechando el sentimiento de  culpa que nos provocan los atracones de las fiestas de Navidad. Es especialmente sangrante el caso de las revistas femeninas, que animan a las señoras a matarse de hambre con zumos, sopas de cebolla o sirope de arce durante semanas.
Estas mal llamadas dietas de limpieza o desintoxicantes se basan en un principio falso: suponen que comiendo solo líquidos y muy pocas calorías, tu sistema digestivo puede eliminar las toxinas acumuladas durante los atracones. Por otro lado tu cuerpo insisten en que así el cuerpo elimina las células defectuosas. Hay varios problemas con este razonamiento:

  • Tu cuerpo no acumula toxinas. Puedes leer aquí por qué no necesitas detoxificarte.
  • Cuando comes muy pocas calorías, es cierto que aumenta la autofagia, es decir, tu cuerpo elimina células defectuosas, pero ¡también las sanas!

Los científicos están de acuerdo en que las dietas detox no funcionan. Si tu cuerpo no recibe suficientes calorías de la dieta, empieza a utilizar las reservas de grasa, pero también a degradar proteínas de tus músculos para quemarlas. Esta degradación de los músculos se multiplica si no haces deporte. Por otro lado, tomando azúcares como las que contiene el zumo haces subir tu insulina, y con la insulina alta tu cuerpo no puede quemar grasa.
El resultado es que perderás tu preciada masa muscular, y cuando después de dos semanas de hambre vuelvas a comer pizza y patatas fritas con desesperación, todo el peso volverá en forma de grasa convirtiéndote en una persona delgada-gorda. En el libro de Operación Transformer podrás encontrar explicado por qué estas dietas no funcionan. Puedes conseguir aquí tu ejemplar:

La desintoxicación inteligente

Te propongo una solución más inteligente. Durante dos semanas, elimina totalmente de tu dieta dos toxinas: el azúcar y el alcohol.
La fructosa del azúcar y el alcohol se metabolizan de forma parecida en tu hígado, que tiene que trabajar horas extras para eliminar los subproductos tóxicos que generan. Este trabajo adicional de tu organismo no te permite quemar grasa.
Es cierto que ni el azúcar ni el alcohol provocan grandes problemas en pequeñas cantidades y en personas activas. Pero como esas dos condiciones no se suelen dar en Navidad, sino todo lo contrario, estamos hablando de darte un descanso.
El alcohol es fácil de evitar, porque sabes dónde encontrarlo, pero cuidado con el azúcar, que está en todos lados. Además de pasteles y dulces, y el azúcar del café, tendrás que evitar los zumos de frutas, bebidas gaseosas con azúcar. Aquí puedes saber más sobre dónde se esconde el azúcar. Tampoco debes tomar miel, agave o cualquier sustituto “natural”, que en definitiva siguen siendo azúcar.
Incluso te recomiendo que aproveches estas semanas para desengancharte de los sabores dulces y experimentes con nuevos sabores: especias, hierbas aromáticas o cítricos.
Eso es todo, ni más ni menos: nada de alcohol, nada de azúcar. Consume una dieta rica en carne, pescado, huevos y verduras, grasas saludables como aguacate y aceite de oliva, y baja en pan, patatas, pasta y arroz.
Sobre todo, mueve tu cuerpo. En dos semanas notarás una diferencia mucho mayor que con las dietas de hambre.
¿Qué hacer después de las dos semanas? Pasado ese tiempo tus ansias de comer dulces habrán bajado. Es un buen momento para empezar con la Operación Transformer.
Foto: white sugar, de Shutterstock, no reutilizare