Desconectar tu cerebro en vacaciones puede mejorar automáticamente tu cuerpo, tu mente y tu vida sexual.
Tu cerebro necesita vacaciones para funcionar. Las vacaciones disminuyen el estrés, aumentan la creatividad, mejoran la memoria y combaten los síntomas de la depresión. Pero tu cerebro está conectado al resto de tu cuerpo. De hecho, son una sola cosa.
Por eso, lo que ocurre con tu cerebro mientras descansas tiene mucho que ver con el funcionamiento del resto de tu cuerpo. Si tu cerebro se relaja, tu cuerpo funcionará mejor, y a su vez, te permitirá relajarte aún más. Es el círculo virtuoso de las vacaciones:
El estrés diario aumenta los niveles de cortisol, lo que a su vez daña el hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje. Si consigues reducir los niveles de cortisol durante las vacaciones, en unos pocos días tu rendimiento intelectual será mejor que cuando te marchaste.
Durante las vacaciones el cerebro también se enfrenta a una situación diferente a la que se debe adaptar. Nuevo entorno, nuevos horarios, nuevos retos, como orientarse durante un viaje o comunicarse en un idioma distinto. Según este estudio, estas adaptaciones ponen en forma el músculo cerebral de la creatividad.
A no ser que te dediques a beber más alcohol de la cuenta y alimentarte solo de helados, puedes encontrarte con la agradable sorpresa de que en vacaciones pierdes peso. El motivo de que esto ocurra es probablemente que estés durmiendo mejor. Con menos preocupaciones, menos estrés y, de nuevo, menos cortisol, la gente duerme de media una hora más en vacaciones. Si dormir mal engorda, dormir lo justo puede ayudarte a adelgazar.
El otro efecto inmediato cuando tenemos menos estrés es tener menos antojos. El estrés pone a tu cuerpo en alerta y provoca un hambre específica de azúcar, combustible rápido para enfrentarse a los peligros. Cuando estás libre de ansiedad, y comes cuando tienes hambre, no cuando te sientes mal, permites que tu cuerpo detecte antes que está saciado, y comes menos cantidad. En vacaciones también tendemos a comer diferente. Si estás comiendo cosas como aceitunas, sardinas a la brasa, pescado frito o verduras frescas, sin darte cuenta incrementas la cantidad de grasa saludable y proteínas.
Según un estudio de Expedia, un 93% de las parejas afirma que es más probable que tengan sexo en vacaciones que el resto del año. Para la mayoría de la gente, un estado de ánimo negativo, con ansiedad, irritación o tristeza, es un freno para el deseo sexual. En un estudio de la universidad de Groningen en Holanda se analizó el cerebro de varias mujeres, descubriendo que el hipocampo y la amígdala, las partes del cerebro responsables del miedo y la ansiedad, se apagaban por completo durante el orgasmo.
También funciona al revés: para que nos apetezca tener sexo hay que librarse del miedo y la ansiedad. Las vacaciones pueden convertirse en un afrodisíaco perfecto. En el estudio de Expedia un 40% de las parejas confesaba que el sexo había mejorado permanentemente, incluso después de terminar las vacaciones.
Por supuesto, para algunos las vacaciones son estresantes. Planes, niños, gastos, tareas domésticas, o simplemente, verse obligados a llevarse el trabajo a la playa, pueden acabar con todos estos beneficios. La tecnología tiene gran parte de la culpa. Estas son las pistas para desconectar en vacaciones:
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