Tu espalda es una pequeña chapuza de la evolución de la especie humana, haz algo hoy mismo para arreglarla.
Los científicos están de acuerdo, nuestros pies y espalda son un trabajo a medio terminar. Como ese grifo que un mal fontanero arregla con cinta para que no gotee. Mientras un avestruz ha tenido 230 millones de años para convertirse en una máquina de correr de patas largas, los monos desnudos se pusieron de pie hace cinco millones de años. Somos los últimos de la clase.
El dolor de espalda (lumbalgia) es la dolencia más común: nueve de cada diez personas lo sufren en algún momento de su vida, y es la causa más frecuente de absentismo laboral, con millones en pérdidas para las empresas y las personas cada año. Con las horas que pasamos sentados, es lógico.
No es un secreto que hacer deporte, y especialmente ejercicios de resistencia, fortalecerá y mejorará tu espalda. Sin embargo, cambiando pequeños detalles cotidianos de tu entorno y tus actividades diarias puedes obtener enormes beneficios. Prueba estos tres hoy mismo:
- Mueve el espejo retrovisor de tu coche hacia arriba: con este sencillo ajuste te estarás obligando a mantener la espalda recta y evitarás hundirte en el asiento.
- Cambia la almohada cada 18 meses: con el tiempo las almohadas acumulan polvo, ácaros y esporas, que pueden causar alergias. Además, pierden elasticidad, un pasaporte para la tortícolis y dolores de espalda.
- La pantalla, a un brazo de distancia: La distancia correcta de tu pantalla de ordenador es fácil de medir: debes ser capaz de extender tu brazo y tocarla. Si estás más cerca, es que estás curvando tu espalda hacia delante, garantizando el dolor al final del día de trabajo.
Foto: funny businessman, de Shutterstock, no reutilizar