Los siete pecados capitales del gimnasio

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No malgastes tu tiempo y tu dinero invertidos en el gimnasio. Evita estos errores básicos para conseguir resultados.
Puede que utilices tu cuota mensual del gimnasio para lavar tu conciencia o como una excusa para después atracarte a patatas fritas. ¿Qué tal si la utilizas para cambiar tu cuerpo? Aléjate de estas tentaciones y verás resultados muy pronto.

1. Leer en la bicicleta estática

O en la banda de correr, máquina elíptica o máquina de steps. Si puedes leer, tu cerebro no está enviando suficiente estímulo a tus músculos porque está ocupado. Si no hay estímulo, no estás esforzándote. Si no te esfuerzas, tu cuerpo no cambia. Lo mismo pasa con la televisión, o el teléfono. Aléjate. No hagas una hora a ritmo cómodo y prueba veinte minutos de cardio estratégico. Ponte música con un buen ritmo.

2. Hacer siempre los mismos ejercicios

Tu cuerpo no es tonto. Al cabo de unas seis semanas se ha acostumbrado al ejercicio y se ha vuelto eficiente, es decir, emplea menos energía en hacerlo. Tienes que cambiar cada dos meses de tabla de ejercicios, y cambiar músculos y ritmos constantemente para que cada día sea un desafío.

3. Saltarte un entrenamiento

Cada minuto cuenta. Si te da pereza, o estás ocupado, o estás de viaje, siempre es mejor que hagas diez minutos de ejercicio que no hacer nada. Sube y baja las escaleras del hotel, haz flexiones, o ve al gimnasio y haz un circuito de 15 minutos a tope. No hay excusas.

4. Entrenar todos los días

Siempre se habla de la dieta y el ejercicio, pero el descanso es igual de importante para mejorar tu cuerpo. Si haces pesas deja al menos 48 horas antes de volver a ejercitar un músculo, y tómate un día o dos de descanso por semana como mínimo.

5. No estirar

Sí, yo también odio estirar. Pero los estiramientos al final del entrenamiento son imprescindibles. Al devolver al músculo a su extensión normal conseguirás tener menos agujetas, mejor circulación sanguínea, más músculo y menos grasa.

6. Hacer solo cardio

Si solo haces cardio, tu cuerpo no cambiará, porque el cardio no es suficiente. Especialmente si haces cardio a ritmo suave y constante. Para que tu cuerpo cambie necesitas más músculo y menos grasa, olvídate de la tonificación porque es mentira. Cuando haces ejercicios de fuerza, puedes incluso prescindir del cardio. Pregúntate qué hacen los tenistas, futbolistas, atletas e incluso pilotos de fórmula uno cuando no están saltando y corriendo en televisión. Están haciendo pesas.

7. Pensar

Puede que pienses que estás muy mayor, o que nunca tendrás el aspecto de esos cuerpos helénicos de los carteles. Pede que pienses en el trabajo que tienes que hacer. Puedes pensar que no merece la pena ir para hacer solo diez minutos, o que el ejercicio suave es más saludable, o que podrías estar comiendo pasteles. Tu cerebro juega contigo¡Deja de pensar y suda! Te encontrarás mucho, mucho mejor después.
Foto: Executive woman in the gym, de Shutterstock. No reutilizar