Tú no sabes cuánto comes

no sabes cuánto comes

La gente se miente a sí misma a la hora de contar lo que come. Tú, seguramente, también.
Para hacer un estudio nutricional lo más seguro es encerrar a los participantes en un hospital y controlar todo lo que comen. Así los resultados son muy fiables, pero no mucha gente se presta a hacer de ratón de laboratorio dos meses. Por eso muchos estudios se basan en encuestas, preguntando a los participantes qué han comido ese día o esa semana.
Lo malo es que cuando se mide de verdad lo que han comido, las diferencias son brutales.
En un estudio de 1992 publicado por New England Journal of Medicine se sometió a los sujetos a una dieta muy restrictiva de 1.200 calorías al día. Una parte de ellos no perdía peso, lo cual hacia pensar que tenían el «metabolismo bajo» o que eran «resistentes a la dieta». En realidad estas personas declaraban comer un 47% menos de lo que en realidad comían, y hacer un 50% más de ejercicio del real.
Esta tendencia a engañarse a uno mismo y a los investigadores es más acusada en las personas con sobrepeso, probablemente por la presión social por su aspecto físico y el sentimiento de culpa asociado a la comida, pero todos tendemos a tener una visión un poco distorsionada de nuestra realidad.
Seguramente tú también te mientes a ti mismo cuando calculas lo que comes. ¿Qué puedes hacer?

  • Planifica tu comida y tu compra, y mide las cantidades y las calorías para que se ajusten a tu metabolismo basal. Si quieres perder peso, tendrás que comer un 15% menos de esa cantidad.
  • Lleva un diario de comida. Es mucho más sencillo si utilizas una de las aplicaciones de diarios de comida, como Meal Logger, basado en fotos, u otros más serios como MyNetDiary.
  • Pide ayuda. A lo mejor no te das cuenta de que te has comido cuatro rebanadas de pan en lugar de una, pero tus amigos, tu pareja o tu familia sí. Pídeles que te ayuden a controlarte.

Foto: Hungry Fat Boy, de Shutterstock, no reutilizar