No te hace falta detoxificarte


La detoxificación es un engañabobos. No caigas en la trampa y, sobre todo, que no te limpien el colon.
Todas las semanas tienes una nueva oferta en tu correo que te promete liberar tu cuerpo de toxinas. Por si no te habías dado cuenta, vivimos en un mundo contaminado. El humo de los coches y las fábricas, los residuos industriales, fertilizantes, pesticidas y metales pesados están por doquier. Estos tratamientos detoxificantes prometen eliminar las toxinas que supuestamente se han acumulado en tu hígado, tus riñones y tu colon.
La primera parte es cierta. El mundo está contaminado. La segunda es un invento. Ni tu hígado, ni tus riñones ni tu colon almacenan toxinas, a no ser que estés gravemente enfermo. Los tratamientos para eliminar esas toxinas inexistentes solo sirven para separarte de tu dinero.
Nuestro cuerpo sabe librarse solito de las toxinas. Esto no quiere decir que no sea posible intoxicarse, pero en ese caso nos damos cuenta rápidamente y vamos al hospital.

La detoxificación del hígado y los riñones

El hígado es el órgano más fascinante de nuestro cuerpo. Es un laboratorio capaz de descomponer y fabricar miles de sustancias, entre ellas aminoácidos, glucosa, colesterol, triglicéridos y hormonas.
Además, el hígado procesa las toxinas que ingerimos y las convierte en compuestos inofensivos para reutilizarlos o eliminarlos. Por ejemplo, el alcohol de una copa de vino es un tóxico. El hígado lo metabolliza convirtiéndolo en ácido acético, que se excreta por la orina, agua y CO2.
El hígado no almacena toxinas. No es un filtro, como el del aspirador, sino un convertidor. Los riñones tampoco almacenan toxinas. Los riñones filtran la sangre y separan los compuestos que nos quedamos, que pasan de nuevo a la sangre, y aquellos que eliminamos, que se expulsan con la orina.
Por tanto, las hierbas y suplementos que se venden como limpiadoras del hígado y los riñones no hacen lo que promenten. Algunos compuestos pueden facilitar el funcionamiento del hígado, pero no contienen nada que no se pueda conseguir con una buena alimentación. Por otro lado, eso no tiene que ver con eliminar toxinas, el hígado ya sabe hacerlo solito.
Los suplementos para la limpieza de los riñones suelen ser diuréticos. Pero los diuréticos no favorecen la eliminación de toxinas, sino la eliminación de agua por la orina. Y el agua no es tóxica.
Otra posibilidad son los laxantes. La combinación de laxantes y diuréticos puede producir la impresión de que el cuerpo se está limpiando. En realidad, solo está perdiendo agua en grandes cantidades.

Las dietas detoxificantes

Ya hemos hablado de esto en el capítulo de las dietas yo-yo. Estas dietas que se ponen de moda todos los veranos, como la de la alcachofa, la del sirope de arce, la de la naranja y otras tantas, se basan en la falsa premisa de que nuestro sistema digestivo necesita unos días de descanso para limpiarse y eliminar toxinas, con la ventaja añadida de perder peso.
Estas dietas no son más que un ayuno disfrazado. Durante el ayuno nuestro cuerpo perderá algo de grasa, pero también masa muscular. Si se combina con diuréticos y laxantes, además, nos deshidrataremos y perderemos sales. En cuanto vuelvas a comer con normalidad recuperarás todo el peso, y con propina, pero no recuperarás la masa muscular.

La limpieza de colon

La teoría de la autointoxicación se la inventaron médicos americanos en el siglo XIX, capitaneados por el doctor Kellogg, inventor de los cereales de desayuno y que padecía de klismafilia (le gustaban los enemas, vaya, El balneario de Battle Creek es una divertida película sobre esta historia). Según su teoría, el colon es un almacén de residuos fecales en descomposición, que pueden quedarse en sus recovecos durante años, provocando todo tipo de enfermedades.
Lástima que en ninguna autopsia se haya encontrado nunca tales residuos. El colon es el tramo final del intestino grueso. La mayoría de los nutrientes se absorben en el intestino delgado. El colon absorbe agua y sales, y empuja las heces al recto, y de ahí al exterior. Allí no se queda nada, a no ser que estés estreñido.
Los enemas o lavativas se conocen desde el antiguo Egipto, y son perfectamente razonables si hay que provocar el tránsito de las heces. Pero la limpieza de colon va un paso más allá, usando litros y litros de agua y arcilla que se introducen mediante mangueras insertadas ya-sabes-dónde.
Si sufres de estreñimiento, bebe más agua, come fibra y en su caso ve a tu médico para que te recete un laxante. Pero no juegues con tu colon.
Las limpiezas de colon son ineficaces y peligrosas, ya que pueden provocar abscesos, perforaciones y deficiencias de electrolitos. Para colmo, una limpieza de colon puede costar entre 100 y 500 euros ¡por una lavativa! Eso sí que es tirar el dinero por el retrete.

No te detoxifiques, evita las toxinas

En lugar de gastar dinero en procedimientos de detoxificación que no funcionan, ¿no es mejor evitar las toxinas? Sigue estos consejos:

  1. Toma alcohol con moderación
  2. No fumes (¿de verdad hay que decirlo?)
  3. Evita respirar los gases de tubos de escape
  4. Evita respirar disolventes
  5. No abuses de los medicamentos
  6. Lava bien las frutas y verduras
  7. Cuidado con los insecticidas