Ser espontáneo está muy bien. Perder miserablemente tu escaso tiempo libre, no.
Todo el mundo da la paliza con planificar el trabajo, incluido yo mismo, y a mí mismo (ya sabes, haz lo que digo, no lo que hago). Mantener una agenda con las citas, tareas pendientes y recordatorios nos ayuda a ser más productivos, pero sobre todo, evita que nos volvamos locos.
Nada de eso tiene que ver con el ocio, ¿verdad? El tiempo libre es para ser espontáneos, liberarnos de ataduras y hacer lo que nos dé la gana sin pensar.
¡Error! Cuando llega el momento de descansar y disfrutar de un fin de semana, o simplemente aprovechar una tarde libre, la falta de planificación puede comerse nuestro tiempo libre. Las entradas del teatro están todas vendidas. El restaurante está completo, la exposición ha cerrado hace dos horas o nos encontramos dando vueltas sin rumbo porque no recordamos cómo llegar al parque natural. No desperdicies tu tiempo libre:
- Evita el estrés del fin de semana: a veces los fines de semana son peores que el trabajo, llenos de recados y compromisos. Haz un plan realista y asegúrate de dejar tiempo para descansar y divertirte, o terminarás poniendo lavadoras.
- Planifica mini juergas: Haz hueco para tomarte un rato libre en un día de trabajo y leer un libro en un parque, echar una partida de tu videojuego favorito o tomar un café mirando pasar la vida. Trabajarás más concentrado sabiendo que te espera una recompensa.
- Ten una cita: No digas “a ver si nos vemos” a ese amigo o amiga que tienes abandonados. Marca un día, una hora y un lugar, como si fuera un duelo, una cuestión de honor. Mientras estés con ellos, olvídate del resto. La amistad se merece el esfuerzo.