Ayuno intermitente


La receta es simple: 24 horas sin comer una vez por semana y hacer pesas ese mismo día. Pero ¿funciona?
Brad Pilon es un tipo musculoso, pero no tiene la cabeza hueca. Se licenció en nutrición y trabajó como investigador en suplementos deportivos. Con el tiempo abandonó esta industria, más interesada en el marketing que en la salud, y decidió seguir su propia investigación sobre nutrición. El resultado es un libro titulado Eat-Stop-Eat.
En su investigación, Brad Pilon partió de hechos indiscutibles. Para perder grasa, hay que restringir las calorías. Pero las dietas que restringen las calorías son difíciles de sostener a largo plazo. Además el cuerpo se acostumbra a la restricción y deja de perder peso.
También consideró la alimentación de nuestros antepasados cazadores recolectores. Desde luego, no hacían tres comidas al día. La dieta consistía básicamente en frutos secos, raíces y caza. Cuando apretaba el hambre, había que volver a cazar para poner comida en la mesa (o en la piedra).
¡Ese cazador recolector perseguía al bisonte en ayunas! Pues precisamente el ayuno es la propuesta de Pilon. No cualquier tipo de ayuno: ayuno intermitente.
El ayuno intermitente consiste en no comer durante 24 horas, un día por semana (como máximo dos días por semana no consecutivos, pero no más). Pilon recomienda empezar el ayuno saltándose la cena (hora americana, sobre las 7 de la tarde), y no volver a comer hasta la cena del día siguiente.
¿No va esto contra uno de nuestros mandamientos? Pues no exactamente. Tampoco hay que confundirlo con las horribles dietas depurativas. Sigue leyendo.
En su  estudio comprobó que aumentaba considerablemente la oxidación de grasas entre las 18 y las 24 horas. El ayuno quemaba tanta grasa como el ejercicio aeróbico. Además, en esta fase descendía la insulina y aumentaba la hormona del crecimiento.

Hay un riesgo. Cuando el cuerpo tiene hambre, se come a sí mismo. Lo que es peor, se come el músculo antes que la grasa. Por eso conviene no pasar hambre. Entonces, ¿cómo evitar la pérdida de masa muscular? Pues utilizándola. El ayuno intermitente se debe combinar con ejercicios de resistencia. Pesas, intervalos o cualquier ejercicio que suponga esfuerzos intensos e intermitentes, no sirve el trote cochinero. Antes de volver a comer, cuando han pasado unas 22 horas, hay que entrenar.
Durante el ayuno hay que beber líquidos. Sobre todo mucha agua, pero el café, el te y los refrescos sin azúcar también son aceptables (sin abusar). ¡Después del ayuno no hay que atiborrarse! Basta con empezar a comer con normalidad.
Con este sistema, en lugar de hacer un cálculo de las calorías diarias, se hace un cálculo semanal. Esto nos permite introducir un día de atracón controlado, y aún así perder grasa. ¿Funciona? La respuesta es sí, pero no es una dieta milagro. El resto de las normas hay que seguirlas: ejercicio de resistencia, una dieta equilibrada el resto de los días y una reducción de las calorías totales en la semana.