No al no puedo


Cuando dices “no puedo” puede que te estés engañando. Mira más a fondo.
En política, una mentira repetida termina convirtiéndose en verdad. Lo mismo puede ocurrir dentro de tu cabeza si no miras más allá. Las frases como “no sirvo para esto”, “es imposible”, “nunca lo conseguiré” o “no puedo” son en muchos casos infundadas y se convierten en profecías autocumplidas. No sabemos con certeza si podemos o no, pero como creemos que no vamos a poder, ni siquiera lo intentamos.
En los años 80 apareció una teoría llamada Programación Neurolingüistica o NLP. La idea es que podemos “programar” nuestro cerebro con ideas repitiéndolas. Así que si nos ponemos frente al espejo y repetimos “puedo hacerlo”, lo podremos hacer.
O sea, sustituimos una idea infundada con otra, igual de infundada, pero de sentido opuesto.
Psicología magufa. Lo siento, pero no lo compro. Como tampoco lo compran varios estudios científicos que no han conseguido encontrar pruebas de la eficacia de la NLP. Habrá a quien le funcione, al igual que en algunos casos la fe religiosa o los aplacebos ayudan a progresar. Pero me convence más el método de examinar la realidad y actuar en consecuencia. En lugar de venderte a ti mismo una idea como si fuera un coche tuneado, ¿por qué no te convences con argumentos? Sigue estos pasos:
Desmóntalo
Empieza a hacerte preguntas como si tuvieras cinco años. ¿Por qué no puedes? ¿Qué te lo impide? ¿Lo has intentado? ¿Cuántas veces lo has intentado? ¿Por qué ha salido mal? ¿Qué tendrías que hacer para que salga bien? ¿Por qué no lo haces otra vez mañana? ¿Eres un gallina?
Finge
En inglés se utiliza la frase Fake It Till You Make It, o sea, hasta que puedas hacerlo, finge. Haz teatro. Actúa como si supieras bailar, o como si fueras una persona organizada, o como si no tuvieras miedo bajar esa pista de esquí. Seguramente te salga mal. Pero mientras estabas fingiendo, tu cerebro hacía dos cosas importantes: pensar en lo que hace falta para que salga bien, y registrar todo lo que hacías mal. Esa información es oro.
Calcula el precio
Ahora ya no estás tan seguro no poder hacerlo, ¿verdad? Pregúntate si de verdad quieres hacerlo. Mejor dicho, si de verdad quieres pagar lo que cuesta. La respuesta no es “claro que quiero correr los cien metros en diez segundos”, sino más bien “claro que quiero pasarme cinco años entrenando y a dieta para conseguir esa marca”. Las cosas tienen un precio, en tiempo y en esfuerzo. ¿No sabes cuánto cuesta? Pregunta a alguien que sepa y que te lo cuente con detalle. A lo mejor no te compensa. Se honesto.
Traza un plan
Si después de todo esto sabes que quieres hacerlo, ponte a trabajar. El objetivo final puede parecer enorme, por eso tienes que hacer una tabla con fechas y puntos intermedios que sean realistas y alcanzables. Cada día haz algo que te lleve en esa dirección. Por ejemplo, si quieres escribir una novela, escribe todos los días, aunque sea media página. Eso son muchas páginas en un año. Si quieres perder diez kilos, piensa en perder un kilo por mes. No los recuperarás.