El atracón de la semana

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No todo va a ser sufrir. Mucha gente fracasa al hacer una dieta porque no tienen ánimo para mantenerla. Suspiran tras los escaparates de las pastelerías y derraman lágrimas sobre su col hervida. La buena noticia es que saltarse la dieta de forma controlada puede ayudar a perder peso.

La mayor parte de las dietas se basan en restringir la ingesta de calorías. Si se ingiere la comida adecuada, suele funcionar, y se piede peso rápidamente. Pero al cabo de unas semanas, el proceso se hace más lento. Hemos llegado a una meseta y cada vez cuesta más reducir un kilo o un centímetro.
Lo que ocurre es que nuestro cuerpo se está adaptando. Si hay menos comida, intenta compensarlo para aumentar nuestras posibilidades de supervivencia. Los niveles de la hormona leptina descienden y nuestro metabolismo se hace más lento. Al mismo tiempo aumentan los de cortisol (la hormona del estrés) lo cual nos hace perder masa muscular y que cueste más trabajo quemar las grasas.
La solución es tan simple como apetitosa: darse un festín una vez por semana. Durante unas horas, todo está permitido. Pasteles, torreznos, bombones, helado, pizza, patatas fritas, todos los demonios nutricionales están invitados. Pero ojo, solo un día por semana, durante dos comidas. Después del empacho aumentarán los niveles de leptina y cuando volvamos a la dieta, nuestro metabollismo acelerado nos ayudará a seguir perdiendo peso.
Lo has adivinado: solo funciona si haces deporte, además de dieta.
Para mí, el día de desmelene es el sábado, un día de vino y chocolate. Lo más difícil es mantenerse firme y que sea un solo día. Si nos pasamos de las 24 horas de barra libre, los efectos del atracón pueden hacerse permanentes. También es conveniente que durante ese día hagamos algún tipo de actividad física, si es posible justo antes de una de las comilonas, y mucho mejor si son ejercicios de resistencia o intervalos. De este modo conseguiremos que parte de ese exceso vaya a parar a nuestros músculos en lugar de a los michelines.
Hay que tener en cuenta que los efectos cambian según las personas. Si te cuesta perder peso, quizá tengas que restringir el banquete a una sola comida por semana, mientras que otras personas pueden atracarse durante un día completo. Bebe mucha agua para ayudar a tu cuerpo a disolver toda esa comida. Mídete antes y después. Seguramente te verás un poco hinchado al día siguiente, pero cuando vuelvas a controlar tu comida, en un par de días recuperarás la cintura.
Saber que se acerca el día sirve como motivación para comer con control el resto de los días. Lleva contigo un cuaderno de notas. Si tienes un antojo, no caigas en la tentación y apúntalo para el próximo atracón.
Foto: Dennis.Vu